En manos de Sánchez
La decisión del Supremo de revocar los terceros grados penitenciarios a los nueve líderes independentistas condenados no es ninguna sorpresa y es coherente con la línea del Alto Tribunal. El ordenamiento jurídico español es muy claro: la decisión de otorgar los permisos de semilibertad a los penados es una decisión técnica y compete a la Administración (en este caso al Departament de Justícia de la Generalitat), debe contar con el apoyo del juzgado de vigilancia penitenciaria (aquí hasta dos juzgados diferentes apoyaron la medida), pero finalmente el tribunal sentenciador siempre tiene la última palabra (es el Supremo y falló ayer). El tema no tiene más recorrido jurídico. Cerrado este camino, se abre de par en par el único que queda: el político. El Gobierno puede lavarse las manos y mirar para otro lado o escuchar las voces que le piden que ejecute un indulto y acabe con este largo conflicto.
El asunto está en la mesa de Pedro Sánchez y todos en su círculo próximo saben que es una decisión muy personal suya. En el Gobierno hay voces, como Unidas Podemos, que son partidarios de un indulto o de una reforma del Código Penal en relación con el delito de sedición, y hay otras que preferirían no hacer nada. Es una encrucijada de muy difícil solución.
Si se inclina por el indulto, a Sánchez le gustaría tomar esta decisión después de las elecciones catalanas y lo más alejado posible de la aprobación de los presupuestos. No quiere dar argumentos a la oposición de que ha canjeado las cuentas por la libertad de los presos. Esquerra, formación con la que el Gobierno está hablando de todo y más, siempre se ha aferrado a la vía que hoy ha cerrado el Supremo. Nunca ha mostrado entusiasmo por las otras dos alternativas y menos ahora en periodo electoral. Junqueras libre y Puigdemont en Bruselas es una combinación que tampoco entusiasma en ERC de cara a la campaña.
En plena pandemia y con el complejo diseño del acceso a los fondos europeos, Sánchez tiene un nuevo desafío. Ojalá acierte y los líderes independentistas puedan estar lo antes posible en sus casas.