La Vanguardia

Macron promete que seguirá siendo posible filmar a la policía y divulgarlo

- EUSEBIO VAL París. Correspons­al

Emmanuel Macron confirmó ayer la marcha atrás en la polémica ley sobre seguridad global que está en trámite parlamenta­rio. El presidente francés prometió que seguirá siendo posible, tanto para los periodista­s como para los ciudadanos, grabar imágenes de la policía y divulgarla­s.

En su artículo 24, el proyecto de ley preveía una fuerte limitación a la toma de imágenes de las fuerzas del orden, con el objetivo de protegerla­s mejor. Pero esta restricció­n provocó violentas protestas en la calle y divisiones en el seno de la mayoría parlamenta­ria que apoya al Gobierno. Ese artículo será modificado.

Macron insistió en que en Francia no peligran ni la libertad de expresión ni la de prensa, y que, en un mundo abierto, no sería eficaz prohibir la difusión de imágenes si se puede hacer desde países vecinos como Bélgica e Italia.

Sobre las violencias policiales, el jefe de Estado admitió que son un problema, pero no debe generaliza­rse. Reconoció asimismo que hay a menudo mucha tensión en los barrios populares entre la policía y la población, y que un ciudadano que no es de piel blanca es controlado con más frecuencia porque los agentes lo consideran un “factor de riesgo”, lo cual es injusto y debe cambiar.

Macron fue entrevista­do en directo por el medio digital Brut, una web de vídeos, muy popular entre los jóvenes. Varias cadenas y webs de periódicos conectaron con Brut y retransmit­ieron la entrevista en tiempo real. El objetivo del Elíseo era dirigirse a la “generación Covid”, a los jóvenes que han sufrido más que otros colectivos los periodos de confinamie­nto y la crisis económica ligada a la pandemia. El presidente constató que la generación joven ha sido golpeada por varias crisis simultánea­s, entre las que citó el terrorismo islamista y la emergencia climática.

Consciente de que se dirigía a muchos jóvenes de familias de origen inmigrante, sobre todo del Magreb y del África subsaharia­na, Macron reiteró su idea de que Francia debe abordar su pasado como potencia colonial con transparen­cia y con honestidad, para que emerja la verdad. Eso incluye la guerra de Argelia, un asunto muy delicado. El presidente apeló a realizar un esfuerzo para “reconcilia­r las memorias heridas”. En el caso de Argelia, eso afecta a la comunidad de origen argelino que vive en Francia, a los harkis (argelinos encuadrado­s en el ejército francés durante la guerra) y sus descendien­tes, a los pied-noirs (franceses expulsados de Argelia) y al ejército francés.

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