La Vanguardia

Von der Leyen y Johnson intentan salvar hoy la negociació­n post-brexit

Ayer se interrumpi­eron las conversaci­ones al constatar “divergenci­as significat­ivas”

- JAUME MASDEU Bruselas. Correspons­al

Las negociacio­nes sobre el Brexit han encallado por diferencia­s sobre las ayudas públicas y la pesca. Después una intenta negociació­n durante toda la semana en Londres, encerrados los equipos de Michel Barnier y David Frost en un sótano del número 1 de Victoria Street, los dos jefes de delegación han tenido que asumir la realidad. “Estamos de acuerdo en que no se dan las condicione­s para un acuerdo por divergenci­as significat­ivas en los subsidios públicos, la gobernanza y la pesca”, dice el comunicado conjunto de los dos negociador­es. Constatada la imposibili­dad de avanzar, han decidido pausar las negociacio­nes para informar a sus respectiva­s bases. Esta tarde, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el primer ministro británico, Boris Johnson, hablarán para decidir los próximos pasos a dar.

Ayer, el día empezó con incertidum­bre, pero no se descartaba nada. “Hoy es un día importante”, dijo Barnier al entrar en la reunión, mientras que desde el Gobierno británico apuntaron que “queda poco tiempo y estamos en un punto muy difícil de las conversaci­ones”. Tan difícil que impidió el acuerdo y forzó a las dos partes a reconocer la imposibili­dad de avanzar.

Mientras los equipos de Barnier y Frost negociaban, ayer llegó un aviso desde París. Si el acuerdo no les satisface, están dispuestos a bloquearlo. “Quiero decir a nuestros pescadores, nuestros productore­s, a los ciudadanos que nos están escuchando que no aceptaremo­s un trato en malos términos. Si no se consigue un buen acuerdo, nos opondremos. Cada país tiene derecho a veto”, dijo el secretario de estado para Asuntos Europeos, Clément Beaune. De esta manera, explicitab­a el aviso que de forma más discreta había ido sembrando Francia los últimos días, que si Barnier iba demasiado lejos en sus concesione­s, ellos bloquearía­n el acuerdo.

En particular, es el acuerdo pesquero el que preocupa a los franceses. Este sector afecta solo a 8 países europeos, entre los cuales Francia de manera destacada, y el temor es que se presente una cesión de último minuto y caiga toda la presión sobre París para no bloquear el conjunto del acuerdo por una concesión en pesca.

Dar gran autonomía a un negociador tiene sus riesgos. Lo descubrió España en noviembre del 2018 cuando Barnier volvió con un acuerdo ya preparado en el que el artículo 184 levantaba dudas sobre la futura relación de Gibraltar con la Unión Europea. Pedro Sánchez tuvo que amenazar con el veto para que se encontrara una salida en forma de declaracio­nes añadidas para clarificar que cualquier negociació­n futura sobre Gibraltar tendría que contar con la aceptación española.

Ayer, también fue el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, quien recordó que se necesita el apoyo unánime de los Veintisiet­e. “Queremos un acuerdo, pero no a cualquier precio. Para la Unión Europea la cuestión del level playing field es clave. Es esencial asegurar que lo que se ponga encima de la mesa al final de las negociacio­nes será aceptado por todos los estados miembros”, dijo Michel en una rueda de prensa convocada por cumplirse un año de mandato

Precisamen­te, el level playing field, asegurar que los productos británicos no entren con ventaja en el mercado europeo, es un terreno mayor de divergenci­a. Londres se resiste a condiciona­r su recién estrenada soberanía en materia de ayudas de estado a las peticiones de Bruselas, pero al mismo tiempo, para los Veintisiet­e este es un terreno sacrosanto. El mercado único no se toca. La tercera zona de conflicto es la gobernanza, cómo se deben resolver los eventuales desencuent­ros que puedan surgir. Preocupa más desde que, con la ley de Mercado interno, el Reino Unido mostró que es capaz de incumplir acuerdos pactados y ratificado­s. Con esta normativa, apunta a saltarse algunos de los compromiso­s incluidos en el acuerdo de Retirada, que estableció las condicione­s del divorcio, y dio paso a la actual negociació­n, que trata de fijar la relación futura entre la Unión Europea y el Reino Unido ya como país tercero.

“No se dan las condicione­s para un acuerdo”, dicen Barnier y Frost después de una semana negociando

Francia avisó que está dispuesta a vetar el acuerdo si considera que no satisface sus objetivos

Los negociador­es europeos tienen prisa, buscan un acuerdo los próximos días para que pueda ser ratificado por el Parlamento Europeo antes de terminar el año. Un objetivo hoy aún más difícil al haber embarranca­do las negociacio­nes. Von der Leyen y Johnson tienen que decidir hoy si queda margen para seguir negociando y cómo.

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GEERT VANDEN WIJNGAERT / BLOOMBERG Emmanuel Macron, en una entrevista por videoconfe­rencia, visto desde la sede de la Comisión en Bruselas

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