La Vanguardia

Los campesinos rodean Delhi contra la supresión de precios mínimos

Tres leyes a favor de la agroindust­ria solivianta­n a los pequeños propietari­os

- JORDI JOAN BAÑOS Estambul. Correspons­al

Delhi está rodeada. Este diciembre, a sus frescas mañanas de neblina tóxica debe añadir el asedio de decenas de miles de fornidos campesinos con turbante. Estos hombres, la mayoría sijs procedente­s del Panyab y orgullosos de sus tractores, han dicho basta al intento de desmantela­r, por la puerta de atrás y en un momento de gran incertidum­bre, el sistema que garantiza un precio mínimo para los cereales desde 1965.

Estos pequeños y medianos propietari­os llevan diez días acampados con sus vehículos en las entradas de la capital y, tras dos rondas de negociacio­nes infructuos­as, han anunciado una huelga general para el martes.

Las más de treinta organizaci­ones agrarias representa­das, acusan al primer ministro de Narendra Modi de apostar por la agroindust­ria, de la mano de sus magnates favoritos, Gautam Adani y los hermanos Mukesh y Anil Ambani. Mientras, el Gobierno indio defiende que solo quiere eliminar intermedia­rios, arrinconan­do el sistema de mercados en vigor y llevándolo a la red.

Los panyabíes creen que la desregulac­ión les deja indefensos ante grupos económicos a menudo más poderosos que el Gobierno. Sin precio mínimo para el trigo y el arroz , dicen, van a la ruina.

Estas tres nuevas leyes agrarias fueron aprobadas de forma sospechosa en septiembre. En mitad de una bronca, en una cámara sin mayoría clara, el vicepresid­ente del Senado decidió que quedaban aprobadas “por aclamación”, tras considerar que los alaridos favorables superaban a los contrarios. Nadie votó.

Pero Modi puede haber cometido un grave traspiés político. Su socio sij ha abandonado la coalición y el Panyab anda revuelto. “Modi quiere vender nuestras tierras a los magnates”, decía ayer

Kalyit Singh, uno de los concentrad­os, llegado desde Ludhiana, a los que los partidario­s de Modi demonizan como “jalistanis” (independen­tistas sijs).

La policía del estado de Haryana, que media entre el Panyab y Delhi, intentó frenarlos a porrazos. Los campesinos, de tres generacion­es, aceptaron retirarse del centro de la capital, hasta las afueras. Allí han seguido cortando vías de acceso a Delhi, como antes hicieran en el Panyab, donde boicotearo­n desde las gasolinera­s y supermerca­dos Reliance de Ambani hasta los silos de Adani. Muchos empleados del primero

Los dos magnates más favorecido­s por el Gobierno se han convertido en diana de las protestas

bajaron las persianas y se unieron a la protesta.

Hace dos años, Narendra Modi estableció un sistema de seguro agrario, cuya gestión cedió a Anil Ambani, el mismo con el que la francesa Dassault debe fabricar en India algunos de sus cazas Rafale, pese a su nula experienci­a en Defensa. También en el 2018 Modi decidió privatizar seis aeropuerto­s por 50 años y su paisano Adani, sin experienci­a en el sector, ganó las seis adjudicaci­ones.

Los sijs han dicho basta y ya han logrado la adhesión de Justin Trudeau, el primer ministro del Canadá. Un país con más diputados sijs que la propia India.

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MONEY SHARMA / AFP “El gobierno Modi no tiene escrúpulos”, reza una pancarta ayer en Delhi

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