Catalunya se convierte en el tablero de batalla entre Arrimadas y Casado
Descartada la coalición electoral constitucionalista, Ciudadanos y PP compiten por separado por la atención de los electores catalanes contrarios a la independencia y que se sitúan en la zona del tablero ideológico que va del centro a la derecha, un espacio que Vox ha sacudido al irrumpir desde el ángulo más extremo.
Fue el líder popular, Pablo Casado, el primero en abrir el juego al decidir desplazarse semanalmente a Catalunya en apoyo del candidato Alejandro Fernández, que aspira a doblar los cuatro escaños que actualmente tiene en el
Parlament a costa precisamente de los 36 de Ciudadanos, que con Carlos Carrizosa como cabeza de lista trata de hacer frente a la adversidad que dibujan todas las encuestas.
A fin de contrarrestar la estrategia diseñada por sus rivales –y socios de gobierno en otras comunidades–, ayer Inés Arrimadas regresó a Barcelona para protagonizar un acto de precampaña en Nou Barris, el distrito con la renta más baja de la capital catalana, donde charló con vecinos y comerciantes y presentó un plan de ayudas a autónomos y pequeños empresarios –con subvenciones de hasta 4.000 euros para los que se hayan visto obligados a suspender la actividad a causa de la pandemia– inspirado en el que el partido liberal gestiona desde la Junta de Andalucía.
Más o menos a la misma hora, en Roses, Casado se reunía con miembros de las cofradías de pescadores y aprovechaba la ocasión para defender un “bilingüismo cordial” y rechazar la “imposición de trabas a la libertad de elección lingüística en la educación” catalana.
Economía e identidad compartida siguen siendo, pues, las claves de las propuestas para Catalunya tanto de Cs como del PP, que se modulan en función del escenario: “Ya está bien de que el Govern piense más en el señor Junqueras que en quienes se arruinan en barrios como este. Aquí a nadie le preocupa si Catalunya tiene que ser independiente o no, sino llegar a fin de mes”, dijo Arrimadas en la Trinitat Nova. “Es el momento de bajar impuestos, justo lo contrario de lo que propone el Gobierno” en sus presupuestos, que llevarán a España a “un nuevo erial” de “paro, déficit, deuda y depresión económica”, anunció Casado en el Empordà.