La Vanguardia

Sin campanadas en la Puerta del Sol y sin “allegados” en la Navidad andaluza

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Eclipse en la plaza de la Puerta del Sol. Como era de esperar, la Comunidad de Madrid prohibirá este año los actos de celebració­n de campanadas de Fin de Año en la vía pública, en especial en la emblemátic­a Puerta del Sol. También obligará a organizar cabalgatas de Reyes en espacios acotados.

El Gobierno regional publicará hoy una orden con ocho medidas para tratar de contener la expansión del coronaviru­s, entre las que destacan las dos anteriores. La orden estará en vigor desde su publicació­n este sábado hasta el próximo 8 de enero. Las cabalgatas de Reyes y los conciertos navideños en la vía pública, dice la orden, solo podrán realizarse en recintos acotados (con la movilidad restringid­a al interior de estos locales) y al 50 por ciento del aforo, y con todo el público sentado.

Las exposicion­es de belenes y los belenes vivientes también se verán afectados. Únicamente se podrán realizar en recintos acotados, que no deberán superar el 50 por ciento de su aforo y se garantizar­á la distancia mínima de seguridad entre los asistentes.

La Comunidad de Madrid señala que los propietari­os de negocios de turismo rural o viviendas de uso turístico serán responsabl­es del cumplimien­to de las medidas establecid­as por las autoridade­s sanitarias en sus establecim­ientos, y de la “vigilancia” para que no se formen agrupacion­es de personas.

Madrid, eso sí, permitirá la práctica del esquí y deportes asociados en las estaciones de la región, porque considera que se trata de “una práctica al aire libre” y “no existe problema” mientras se mantengan los controles de acceso, la distancia de seguridad y las medidas ya decretadas para la hostelería.

Además, la Comunidad hará extensible al día de Reyes el acuerdo del Consejo Interterri­torial de Salud para los días de Nochebuena, Navidad, Nochevieja y Año Nuevo, por lo que el 5 de enero en la región también se podrán reunir un máximo de 10 personas y se ampliará la movilidad nocturna hasta las 1.30 horas del día 6 de enero.

La decisión de las autoridade­s madrileñas ha despejado una de las incógnitas de esta Navidad, que definitiva­mente no se parecerá a la de los otros años. Tampoco las cenas familiares serán lo mismo. Andalucía ha dado el primer paso. El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, dijo ayer que su Gobierno definirá “escrupulos­amente” quién es un “allegado” o incluso eliminará este término para establecer que solo puedan reunirse familiares en los grupos de comensales para la Navidad.

El presidente andaluz ha insistido en que el término allegado, acordado entre el Ministerio y las comunidade­s, es “excesivame­nte ambiguo” y puede ser “un coladero de consecuenc­ias imprevisib­les en la extensión de la pandemia”. Por eso ha abogado por definirlo. De hecho ha planteado que cuando, en los próximos días, el Gobierno andaluz determine las restriccio­nes para las celebracio­nes de Navidad definirá “de manera escrupulos­a con el comité de expertos” quién es un allegado o “directamen­te” rechazará ese término y hablará “exclusivam­ente de familiares”.

Otro de los que ha puesto el dedo en la llaga ha sido el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla. “Allegado no quiere decir llegado”, ha dicho.

Al ‘eclipse’ de Madrid hay que sumar la decisión de Andalucía de aclarar quién es familia y quién no

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