Coppola se despide de los Corleone con su nuevo montaje de ‘El padrino III’
‘El padrino, epílogo: La muerte de Michael Corleone’ presenta un nuevo inicio y final
Cuando Francis Ford Coppola dirigió El padrino (1972) tenía solo 32 años. El director estadounidense se enfrentaba a una superproducción de la Paramount basada en el best seller de Mario Puzo sobre los entresijos de una familia mafiosa de origen siciliano asentada en el Nueva York de los años cuarenta. Por aquel entonces, Coppola no tenía peso en la industria y, aunque le negaron por activa y por pasiva contratar a un desconocido Al Pacino como Michael Corleone y a un Marlon Brando caído en desgracia como el cabeza de familia Don Vito Corleone, acabó demostrando que tenía ojo para los actores y sabía tomar decisiones en momentos difíciles. La película se convirtió en un éxito en todo el mundo. La crítica se rindió ante una obra maestra que era todo un estudio sociológico de la mafia y de la comunidad italo-norteamericana, realzada con la icónica música de Nino Rota. Se alzó con tres premios Oscar: película, actor (Brando) y guión adaptado para Coppola y Puzo.
Dos años más tarde llegó la secuela: otro maravilloso relato que exploraba los orígenes de un joven Vito en la piel de Robert De Niro abriéndose paso como un poderosísimo jefe del hampa de Nueva York y la elección de su hijo Michael como jefe de los negocios familiares.
Para muchos, era incluso mejor que la primera, un drama de época clásico que logró seis premios de la Academia de Hollywood.
Coppola tardó 16 años en volver a la historia de los Corleone. Y no por decisión propia. Los ejecutivos de la Paramount llevaban tiempo intentando convencerle de una tercera entrega, pero él se resistía. Incluso cuando estaba agobiado por los problemas financieros de su productora American Zoetrope y cuando su magia tras la cámara parecía haber quedado marchitada con los fracasos comerciales de Corazonada, Cotton Club o Tucker: Un hombre y su sueño. Coppola y Puzo volvieron a hacer tándem para poner el foco de atención en los esfuerzos de Michael Corleone por rehabilitarse socialmente y legitimar todas las posesiones de la familia negociando con el Vaticano. El padrino III llegó a los cines de EE.UU en la Navidad de 1990 con una tibia recepción de crítica y público. Sin embargo, acumuló siete candidaturas a los Oscar .... , pero todos los honores se los llevó el western Bailando con lobos, de Kevin Costner. La opinión generalizada era que no estaba a la altura de sus predecesoras. Entre las críticas por el tono lúgubre del filme o la trama enrevesada del guión, la que salió peor parada fue la elección de Sofia Coppola como Mary Corleone. La hija del realizador, carente de una formación como actriz, brindó una interpretación que fue vapuleada hasta la saciedad.
Treinta años después del sabor agridulce que le dejó la última entrega y con motivo de la celebración este mes del aniversario, el perfeccionista director - propenso a retocar algunos de sus títulos con nuevos montajes como hizo con Apocalypse Now o Cotton Club-, ha vuelto a la carga para hacer justicia a la película con una nueva versión mejorada, la que tuvo siempre en mente para concluir la saga, que llega ahora a los cines. Entre los cambios que ofrece El padrino, epílogo: La muerte de Michael Corleone, destaca una escena inédita al inicio y la desaparición de la escena final con la muerte de Michael en la más completa soledad. “Para esta versión, he creado un nuevo inicio y un nuevo final, además de reorganizar algunas escenas, planos y pistas de música”, señala el propio Coppola en la nota de prensa que acompaña el estreno. “Con estos cambios y la restauración de la imagen y el sonido, para mí esta es una conclusión más apropiada para El padrino y El padrino II”. Según las primeras críticas, que son positivas, el nuevo montaje no cambia en lo sustancial el sentido de la película. Sin duda, se trata de una oferta para ver en cines que no se puede rechazar.
“Con estos cambios, esta es una conclusión más apropiada para El padrino y El padrino: parte II”, dice Coppola