Las tiendas de centros comerciales piden al Govern acabar con su agravio
Foment y Pimec reclaman su reapertura pese al freno en la desescalada
Los 3.500 pequeños y medianos establecimientos ubicados en centros comerciales de Catalunya acumulan ya 17 semanas cerrados en lo que va de año, sin poder facturar un euro, y así deberán permanecer unos días más debido al freno en la desescalada que el jueves decidió el Govern. La situación, ya de por sí “dramática” según el sector comercial, se agrava porque estas tiendas, que emplean a 40.000 personas de forma directa, se van a perder gran parte de la campaña de Navidad mientras los comercios a pie de calle sí están abiertos. “Pedimos acabar con esta discriminación”, insistieron ayer desde la Asociación de Centros Comerciales de Catalunya.
Propietarios y trabajadores –muchos de ellos autónomos– confiaban en pasar de fase el próximo lunes, cuando estaba previsto que los centros comerciales pudieran abrir con un límite de aforo del 30%. Pero el aumento del ritmo de contagios de la Covid-19 ha paralizado la reapertura. “Somos la única actividad cerrada ininterrumpidamente desde el 30 de octubre”, lamentaron.
Los comerciantes recordaron que ya han tenido que renunciar a la temporada de ventas del black friday, uno de los periodos clave de facturación en el retail, y calculan pérdidas por valor de 500 millones de euros debido a las restricciones de actividad. El sentimiento de agravio es profundo y no son pocos los negocios que se plantean cerrar de forma definitiva si no pueden coger aire esta campaña de Navidad y generar liquidez.
Ante esta situación, Foment del Treball y Pimec reclamaron de forma conjunta al Govern encontrar una “solución justa y acordada” que permita la reapertura de estos establecimientos a partir del día 7 de diciembre. Las dos patronales consideraron que existe un “agravio comparativo manifiesto” entre comercios en función de su ubicación. Una “discriminación” que afecta directamente a los miles de trabajadores de estas tiendas.
Se trata, continuaron desde Foment y Pimec, de “miles de negocios familiares pequeños y medianos, con larga tradición y dedicación al comercio catalán” para los que la temporada de Navidad supone un 30% de la facturación del año y que puede marcar la diferencia entre caer en la insolvencia o sobreponerse a un año de ventas aciago. “Este hecho se agravará todavía más cuando se constata que el mismo Govern reconoce que no hay capacidad económica para proporcionar ayudas a los afectados, después de la reunión mantenida con los responsables del Govern el pasado jueves”, añadieron las patronales.
El vicepresident de la Generalitat, Pere Aragonès, dijo que el Govern estudia una línea de ayudas para estos establecimientos afectados por la prórroga de las restricciones pero no garantizó las subvenciones. Los recursos de la Generalitat, insistió, “son limitados”. Las tiendas obligadas a cerrar pueden acogerse al programa de ayudas que hasta ahora ha implantado la Generalitat, las específicas para el comercio, la restauración y los centros de estética y también las de autónomos.
Tras el fiasco de la primera convocatoria, el Govern modificó los trámites de solicitud y durante esta semana ha habilitado un censo de potenciales beneficiarios. Se trata de una ayuda de 2.000 euros, en un único pago, para autónomos que acrediten una disminución importante de sus ingresos. Las ayudas a restaurantes y comercios son algo menores, de 1.500 euros, aunque ambas subvenciones son compatibles. El objetivo del Govern es cubrir todas las solicitudes que cumplan los requisitos a medida de que dispongan de presupuesto, creando una especie de lista de espera.
En paralelo, la Conselleria d’empresa ha lanzado esta semana una campaña para fomentar las compras de Navidad en el comercio local. Pone el foco en que gastar en los negocios de proximidad repercute en el mantenimiento
El sector afectado por el cierre calcula pérdidas de 500 millones y teme por las ventas de Navidad
El vicepresident Pere Aragonès estudia ayudas pero avisa que los recursos “son limitados”
del Estado de bienestar vía el pago de impuestos. La campaña no hace mención a grandes plataformas digitales para evitar polémicas y las llamadas al boicot. Hace unos días se generó cierto revuelo después de que la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, pidiese no comprar en Amazon a petición de Pimecomerç.