Rusia, primer país europeo que empieza a vacunar contra la Covid-19
Moscú tranquiliza a los ciudadanos con una campaña de inmunización masiva
Ni los cinco grados bajo cero que ha traído el temprano invierno ruso ni los temores a lo desconocido impidieron ayer a Dimitri, Marina y Tatiana, todos ellos médicos de profesión, acudieran a su primera cita con la vacuna del coronavirus. Tampoco a Andréi Petushkov, trabajador de los servicios sociales, quien dice que da más miedo coger el bicho en el trabajo y poner en peligro la vida de los seres queridos.
Todos ellos forman parte de las 30 personas que ayer recibieron en la Policlínica número 191, al noreste de Moscú, la vacuna Spútnik V. La capital de Rusia, epicentro del coronavirus en este país, habilitó el 4 de diciembre el registro electrónico para pedir cita a través de la página web del Ayuntamiento. El alcalde Serguéi Sobianin dijo que en las cinco primeras horas se inscribieron 5.000 personas. Y ayer abrieron puntos de vacunación en 70 centros de salud de la ciudad.
“Ha llegado un día que esperábamos desde hace tiempo. Empezamos a vacunar a los ciudadanos que están en grupos de riesgo”, explicaba la médica jefe de la Policlínica 191, María Sokolova. Esos grupos incluye personal médico, de la enseñanza y trabajadores sociales.
“Recibí un SMS el viernes por la mañana. Estaba deseando vacunarme, así que no esperé y cuando volví a casa me apunté”, explica Dimitri. Para él, la vacunación no es nada nuevo. “Me pongo la de la gripe todos los años”. Además, lo considera una obligación, “sobre todo trabajando en el sector de la salud”.
Rusia fue el primer país en registrar, en agosto pasado, una vacuna contra la Covid-19, la Spútnik V, que recuerda el primer satélite artificial, lanzado por la URSS en 1957. Ahora también es el primero en comenzar a administrársela a la población. Sus creadores aseguran que tiene una efectividad del 95 %.
Aunque no se ha completado la tercera fase de ensayos clínicos el presidente ruso, Vladímir Putin, dio el pistoletazo de salida el miércoles al anunciar que se han fabricado dos millones de vacunas, suficientes para empezar. Y pidió que la vacunación a gran escala comience en todo el país a partir de la próxima semana. Moscú decidió adelantarse y comenzar antes.
“Yo confío en nuestro Gobierno y en el presidente. Si han dicho que hay que hacerlo, significa que es necesario. Por eso no tengo miedo”, asegura Marina.
En este centro de salud, en el barrio moscovita de Goliánovo, se han reservado suficientes despachos médicos para administrar la vacuna a cien personas al día. Ayer, el número de solicitudes no bajaba de 30. “Esto es el principio. De hecho, todo el personal de este centro, incluida yo, hemos recibido un SMS y podemos apuntarnos. Pero muchos no pueden porque hace poco se han vacunado de la gripe, y es recomendable esperar 30 días para recibir otra vacuna”, apunta Sokolova.
La directora del centro explica que el proceso tiene varias fases. Primero hay pasar un examen médico para comprobar que el candidato puede ser vacunado. Además de acreditar estar en un sector de riesgo, hay que tener entre 18 y 60 años, no pasar ninguna enfermedad ni ser enfermo crónico. La vacuna
SIN TEMOR A LA SPÚTNIK V “Da más miedo contagiar a los seres queridos”, dice Andréi, trabajador social
está contraindicada para las mujeres embarazadas o lactantes.
Luego, debe pasar a otra habitación, donde está la vacuna. Como esta se conserva en estado sólido, hay que esperar 15 minutos para descongelarla y prepararla antes de que las enfermeras administren el irremediable pinchazo en el brazo.
–¿Hay algo que no pueda hacer?, pregunta Andréi mientras una sanitaria le pasa un algodón.
–Pues es recomendable no beber alcohol.
–No lo hago desde hace 15 años. –Estupendo. Tampoco se puede tomar una sauna. Puede bañarse, pero sin frotar la zona.
Tras recibir su dosis de tranquilidad, le acompañan a una zona de descanso. “En ella los pacientes reposan durante una media hora antes de irse a casa”, explica Sokolova.
Allí está también Tatiana Sherbakova, médica en otro centro de salud. “Ahora estaré más tranquila para el futuro, tanto en lo que respecta a mí como en lo que se refiere a mis seres queridos”, asegura.
La Spútnik V se compone de dos dosis. La segunda hay que recibirla tras 21 días. Entonces, Petushkov y sus compañeros de aventura tendrán una nueva cita. Él no sabe cuándo venceremos al virus, pero tiene claro que la vacuna es una “garantía, pues si me pongo enfermo lo pasaré de forma muy leve”.