Mackenzie Scott, ex de Bezos, es la cara generosa de Amazon
Mackenzie Scott, exesposa de Jeff Bezos, dona 4.000 millones de dólares en cuatro meses
Amazon y generosidad suenan tan discordantes que, según los críticos, parece una temeridad vincular las dos palabras.
Jeff Bezos, creador del supermercado digital con tentáculos globales, se halla en el punto de mira social. Y no solo porque hay quien lo ve como un empresario codicioso que, insaciable a pesar de ser el más rico del planeta, está matando al pequeño negocio y enviado a muchos a la ruina.
Esa tendencia venía de lejos. Una fortuna como la suya –según Bloomberg de 189.000 millones de dólares, más que el producto interior bruto de numerosos p ses– no se construye de la no la mañana. Pero la pand mia ha acrecentado la legión d arremeten contra él. H su patrimonio en época del virus, mientras sus empleados hacen trabajos esenc ales por salarios de miseria y el pe inmediato en caso de queja.
Todo esto es lo qu Así que, ¿cómo conju y generosidad?
Aquí entra en juego M zie Scott, la escritora que abandonó el apellido Bezos cuando se d vorció de Jeff en el 2019, tras 25 años de matrimonio y de aventura empresarial. Ella ayudó de forma relevante a construir y expandir la gran plataforma comercial.
La ruptura la convirtió en una de las mujeres más ricas. Esta semana ha sorprendido en Estados Unidos al revelar que ha donado 4.000 millones de dólares en estos últimos cuatro meses, que se suman a otros 2.000 que ya había dado desde el inicio del 2020.
En el mismo momento en que “heredó”, Scott hizo patente su compromiso filantrópico, tal vez por una sensación de culpa. Su aceleración rompe esquemas.
Scott hizo el anuncio con un artículo que colgó en Medium. En su arranque recordó a la poeta Emily Dickinson, de la que dice que vivió gran parte de su vida aislada en una habitación. “Su estancia tenía vistas a un cementerio y muchos de sus poemas se centran en la muerte”, sos
De esta mane nmarca lo que todavía su conf seres queridos.
“Esta pandemia ha sido una bola de demolición en la vida de los estadounidenses que ya estaban en lucha. Las pérdidas económicas y el impacto en la salud han sido peores para las mujeres, para las personas no blancas y los que se encuentran en la pobreza. Entre tanto, ha aumentado sustancialmente la riqueza de los multi- millonarios", subraya, Sa primera m unos 38.000 mi nes de dólares al separarse, las accion conservó de Amazon (4% del total) han propiciado que su capital haya subido a 62.000 millones.
Sostiene que para los que han
salido indemnes habría sido fácil “esconderse en casa sintiendo una mezcla de gratitud y culpa, y esperar a que termine, pero no es lo que está sucediendo”.
Como ejemplo, cita las cuantiosas iniciativas que han surgido para ayudar a los otros. Scott recalca la de la joven de 19 años que en Chicago lanzó con su grupo de amigos una doble iniciativa en Google. Una para los que necesitaban asistencia y la otra para los dispuestos a colaborar.
“A los dos días habían recaudado 7.000 dólares y ella escribió que estaban muy emocionados, yo también”, recalca Scott.
Los expertos aseguran que le ha dado la vuelta al calcetín de la filantropía. Sus colaboradores le asesoraron a la hora de identificar las comunidades de riesgo, las que afrontan una alta inseguridad alimentaria, una desproporcionada inequidad racial o elevadas tasas de pobreza local.
Sus contribuciones ascienden en estos cuatro meses a 4.158.500,000 dólares distribuidos entre 384 organizaciones en los 50 estados, el distrito de Columbia (Washington, la capital) y Puerto Rico. Destacan los bancos de alimentos, los fondos de ayuda y el apoyo a servicios a los más vulnerables.
El destino de sus donaciones incluye a 36 universidades, todas con un desproporcionado número de estudiantes de ingresos bajos. A estas instituciones les ha concedido unos 800 millones.
Los responsables educativos elogiaron la ruta de Scott al dar dinero a las centros de enseñanza necesitados en lugar de apoyar a las más prestigiosas para mayor lustre. Esto significa una transformación de lo que era dominante. Las universidades seleccionadas están fuera de la filantropía convencional. No hay ninguna que esté integrada en las elitistas universidades de la Ivy League, ni en los círculos educativos que por lo general atraen aportaciones de familias multimillonarias a lo largo de generaciones. Su objetivo han sido aquellas en las que predominan negros, latinos o nativos americanos.
Su generosidad no acabará con el problema, insisten los analistas, pero sus donaciones señalan dónde están los problemas graves. Demuestra que no pretende marcar agendas académicas, ni estar interesada en que su nombre figure en un campus. Ella dejó de ser Bezos. Ahora es Scott.
Scott sorprende por la rapidez de sus ayudas y por dirigirse a objetivos poco habituales en la filantropía