La fe de Araújo
El uruguayo se estrenó marcando su primer gol con el Barça
Por su talante y su capacidad de trabajo a Ronald Araújo (Rivera, Uruguay, 1999) le costó muy poco ganarse el respeto de la primera plantilla y de Ronald Koeman. De valores claros, el central de 21 años no olvida de dónde viene ni a quien debe agradecer su evolución. Por ello, la temporada pasada no dudó en ayudar al Barça B cuando los de García Pimienta se jugaban el ascenso a Segunda División. El entonces técnico Quique Setién no era partidario de que el uruguayo, Ansu Fati y Riqui Puig jugaran, pero Araújo insistió con un “yo quiero ir”. Por ese gesto, se llevó la felicitación del mismísimo Leo Messi.
Este curso, ante la dificultad de fichar, logró el dorsal y la ficha del primer equipo. Tras la baja de Piqué y la poca fiabilidad de Umtiti, ya es el tercer central de Koeman, que ante la Real Sociedad y el Valencia optó por dejar a Lenglet en el banquillo.el uruguayo es un ganador nato de los que no se arrugan ante los rivales. Contra la Real Sociedad y también contra el Valencia gritó, alentó y ordenó a sus compañeros, como ya hacía en el filial. Por algo en el Barça B le votaron como capitán cuando solo llevaba cuatro meses en el equipo. Ayer corrió y llegó hasta donde otros no lo hicieron anotando el segundo gol blaugrana, su primero con el Barça. De firmes creencias, primero abrazó a Messi y luego mostró una camiseta donde se podía leer “La gloria es de Dios”. De espíritu crítico, no escondió su tristeza por el resultado final “Es un primer gol amargo, queríamos ganar”, sentenció. Junto a él y por segundo partido consecutivo, completó el eje de la defensa Òscar Mingueza. Juntos aprovechan las oportunidades de Koeman para rememorar viejos tiempos en el filial. A Mingueza le superó Maxi Gómez en el segundo gol valencianista, pero minutos más tarde trató de revertir la situación con un chut que se alejó del miedo de futbolistas como Trincão. También de la frivolidad de nombres como Coutinho o Griezmann. “Cometimos errores, pero lo intentamos”, sentenció Mingueza. Sí, ambos fueron los únicos representantes del vestuario que salieron a dar la cara.