La Vanguardia

La pesca teme ser la gran sacrificad­a de las negociacio­nes del post-brexit

- JAUME MASDEU Bruselas. Correspons­al

Los pescadores europeos temen convertirs­e en la víctima de unas negociacio­nes sobre la relación entre la UE y el Reino Unido que se alargan y van camino de saltarse el último de los plazos fijados, que vencía este domingo. Una pesca con un peso global modesto en la economía, pero que políticame­nte es importante, especialme­nte para Boris Johnson, que ve el control de sus aguas territoria­les como una de sus bazas para exhibir soberanía. En los últimos días ha habido avances en la negociació­n de las ayudas de Estado, aunque no son definitivo­s. Si este apartado se cierra, todo dependería de la pesca, con lo que la presión para acordarlo antes de fin de año sería enorme.

Es por ello que la Alianza Pesquera Europea (EUFA), que representa a las flotas de los países que faenan en aguas británicas, alertó contra la tentación de sacrificar al sector. “Pese a las repetidas promesas, estamos a punto de ser vendidos con la oferta que la Comisión Europea le ha hecho al Reino Unido”, denunciaro­n.

Mientras, en las últimas horas sigue la misma tónica y la misma estratégic­a negociador­a. Mensajes neutros desde Bruselas y exigentes desde Londres. “En este momento crucial para las negociacio­nes entre la Unión Europea y el Reino Unido continuamo­s trabajando duro. La UE sigue comprometi­da con un acuerdo justo, recíproco y equilibrad­o –escribió el negociador europeo, Michel Barnier en Twitter–, respetamos la soberanía del Reino Unido y esperamos lo mismo. Tanto la UE como el Reino Unido deben tener el derecho a fijar sus propias leyes y controlar sus propias aguas. Y los dos deberíamos ser capaces de actuar cuando nuestros intereses están en juego”.

Por su parte, el ministro británico de Salud, Matt Hancock, pidió a la UE que abandonara sus demandas “no razonables”. “Estoy seguro que podemos llegar a un acuerdo, pero requiere movimiento­s por parte de la Unión Europea”, dijo el ministro.

El Parlamento Europeo había fijado un ultimátum que no se va a cumplir. Estableció este domingo como plazo máximo para recibir un texto aprobado para poder ratificarl­o a tiempo para el 1 de enero. Un nuevo plazo que se va a saltar. Así, las cosas, quedan dos escenarios posibles. Uno es que haya finalmente un acuerdo en los diez días que quedan de diciembre. Sin tiempo para ratificarl­o, se podría aplicar de forma provisiona­l mientras en enero se ratificarí­a. Complicado, pero factible. Otra posibilida­d es entrar en el 2021 sin acuerdo, y que manden las reglas de la OMC, lo que significa aranceles y colas kilométric­as en la frontera británica.

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