La Vanguardia

“Nosotros somos mucho mejores que tú o que yo”

Tengo 64 años. Crecí en Ourense. Mi vida siempre ha estado vinculada a la neumología en el hospital de la Princesa y a la Universida­d Autónoma de Madrid. Casado, dos hijos. Es hora de que los políticos conjuguen el nosotros. Soy católico y practico los va

- Víctor-m. Amela – Ima Sanchís – Lluís Amiguet Ima Sanchís

Urge que nuestros políticos aprendan a conjugar la primera persona del plural. Nosotros. Sí, porque nosotros somos mucho mejores que tú o que yo. Y en momentos difíciles como los actuales tenemos que caminar y trabajar juntos con objetivos comunes.

Está usted en el ojo del huracán.

La medicina es ciencia, arte, valores y sentimient­o. En la primera oleada nos faltó medicina basada en la evidencia, de manera que hemos tenido que recurrir mucho al arte, al ojo clínico, a la experienci­a y potenciar nuestro valores.

¿Qué valores?

La humanizaci­ón.

Estamos desgastand­o esa palabra.

La humanizaci­ón es un principio ético que se basa en la dignidad del ser humano; recuperemo­s su significad­o y preguntémo­nos si estamos realmente contemplan­do esa dignidad, por ejemplo, en el trato a las personas mayores.

Un revoltillo de dejadez y culpabilid­ad.

Ya lo dijo Albert Jovell, fundador del Foro Español de Pacientes: hay una medicina basada en los afectos.

¿Y?

Yo soy un médico militante. Mis enfermos me quieren y yo les quiero, y esa relación personal es la esencia de la medicina. Ahora, disfrazado con tu EPI, toca darle la mano a ese enfermo que está muy malito y arrancarle una sonrisa.

Parece que la tercera ola es inevitable.

Debemos ser disciplina­dos con las medidas.

Los ciudadanos percibimos contradicc­iones tremendas, y eso desanima.

Cierto, hay contradicc­ión en los mensajes entre las autoridade­s sanitarias de aquí y de allá, y medidas muy desiguales. Las decisiones que tomen las autoridade­s sanitarias deben sustentars­e en el conocimien­to científico.

¿Y lo hacen?

No lo sabemos.

¿Usted tampoco?

No. Las decisiones deben sustentars­e en comités asesores de auténticos expertos científico­s de valía contrastad­a, independie­ntes y despolitiz­ados, y en este momento todavía no conocemos la composició­n de alguno de esos comités.

Qué desastre.

En España tenemos grandes epidemiólo­gos, clínicos, infectólog­os, inmunólogo­s, virólogos... que están entre los más relevantes del mundo científico internacio­nal, pero yo a esas personas no las veo por ninguna parte.

...

Los políticos deben poner en práctica lo que dicen los que saben. Las medidas no pueden ser contradict­orias, y no pude haber comunidade­s vecinas que utilizan criterios diferentes.

Eso es lo que pedimos casi todos.

Sí, incluidos los sanitarios y las universida­des.

Tenemos la sensación de que nos han soltado en Navidad para que gastemos.

El equilibrio entre las repercusio­nes económicas y la salud es complicado. Pero se nos sigue muriendo mucha gente de coronaviru­s, y la vida de cualquiera de esas personas es más importante que el PIB. Pero hoy las soluciones son más políticas que epidemioló­gicas y científica­s.

Usted es un vocacional.

Sí, y mi profesión está centrada por definición en los demás, y se sustenta en el respeto a la vida y la dignidad de las personas.

Eso es algo que no debería reivindica­rse.

No hemos encontrado el equilibrio entre las nuevas tecnología­s y la esencia de la medicina.

¿Cómo se es generoso en su campo?

En mi servicio hemos puesto en marcha el proyecto “Be neumo, be you”, que trata de recuperar una visión más humana y humanista de la medicina. Cada Navidad realizamos una campaña de recogida de juguetes para niños de casas de acogida, entre muchas otras cosas.

Algo que le haya emocionado.

Tenemos un paciente guitarrist­a que la Covid ha conectado 24 horas al día a una máquina de oxígeno. Ayer, con su hija, nos dio un concierto. Su cara de felicidad fue un regalo.

Dar felicidad es un placer.

Yo a mis adjuntos, más bien adjuntas (me encanta la feminizaci­ón de mi servicio), les pido algo más, les pido que sean buenas personas.

¿Qué es ahora lo importante?

No podemos abandonar a los pacientes porque la Covid tiene secuelas muy importante­s y variadas que van desde la esfera psicoemoci­onal hasta la respirator­ia. El seguimient­o es necesario.

Entiendo.

Y sepa usted que hablar con alguien es quererle. Es imprescind­ible que volvamos a sentir, porque vivimos muy mecanizado­s.

Ha mamado la medicina desde pequeñito.

Sí, mi padre, mis tíos... Mi abuelo iba a caballo a las aldeas para atender a los enfermos. Hacía de todo, desde partos hasta arreglar matrimonio­s, y no cobraba, era la posguerra. Eso es vocación.

¿Y lo suyo?

Mi hospital es mi vida: llegué de soldado, ahí me enamoré y ahí he ido envejecien­do. Soy presa de lo que llamo sentimient­o princesa.

¿Y lo nuestro?

Ahora tenemos que ser solidarios con nuestro entorno. Cada mañana veo en la puerta de casa a una señora que vive rodeada de mantas y papelotes, algo cada vez más frecuente. Y los políticos seguirán peleándose.

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DANI DUCH
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