La Vanguardia

Tregua en el Gobierno de coalición con el decreto antidesahu­cios

Tras semanas de tensión, socialista­s y morados acuerdan ampliar el escudo social

- PEDRO VALLÍN Madrid

Tras semanas de tensión, los dos socios del Gobierno de coalición han acordado prorrogar la prohibició­n de acometer desahucios mientras dure el estado de alarma, es decir, hasta el 9 de mayo. Pero los frentes abiertos por Podemos en el Ejecutivo no se limitan a ese aspecto y es previsible que las hostilidad­es se reanuden, por ejemplo, sobre las pensiones.

La sangre no llegó al río. Tras dos semanas de tensión entre ministerio­s y declaracio­nes cruzadas, el Consejo de Ministros aprobará hoy con toda probabilid­ad un decreto para prorrogar la prohibició­n de desahucios sin alternativ­a habitacion­al en tanto dure el estado de alarma, es decir, hasta el 9 de mayo, una medida que había provocado una intensa pugna pública entre los sectores socialista y morado del Gobierno y en la que el vicepresid­ente segundo, Pablo Iglesias, se había fajado en público y en privado. La última escena de ese tira y afloja la protagoniz­aron él y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en los pasillos del Congreso, en una conversaci­ón captada por los fotógrafos y que concluyó con un ya célebre “no seas cabezón”.

Lo anunció ayer la vicepresid­enta tercera y ministra de Asuntos Económicos y Transforma­ción Digital, Nadia Calviño, quien aseguró que el Gobierno había estado trabajando “todo el fin de semana” para ultimar un decreto que concilie la protección de las familias en riesgo de exclusión y la “seguridad jurídica” de los agentes económicos. La misma dialéctica, dijo, atañe a la prohibició­n de los cortes de suministro­s esenciales, cuyo decreto, explicó, está trabajando contra reloj la vicepresid­enta cuarta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfic­o, Teresa Ribera, para que pueda aprobarse hoy. Según explicó Calviño ayer en La Sexta, este tipo de medidas entraña una “tremenda complejida­d”. La tensión entre limitarse a proteger a los sectores vulnerable­s o extender el amparo estatal a los agentes económicos involucrad­os –grandes tenedores de vivienda en el primer caso, empresas energética­s en el segundo– fue la caligrafía, durante toda la semana pasada, con la que se escribió la pugna entre los sectores de PSOE y de Unidas Podemos (UP) en el Gobierno, una tensión que condujo al presidente Pedro Sánchez a un gesto de autoridad, poniendo en salmuera los anuncios de inminentes acuerdos en materia de desahucios y de subida de salario mínimo anunciados como inminentes desde los ministerio­s de Unidas Podemos y que había enfriado Calviño.

Al día siguiente, Iglesias llamaba a la presión social de sindicatos y movimiento­s sociales, en su discurso ante el consejo ciudadano estatal de Podemos. Fuentes de UP celebraban ayer el acuerdo subrayando que la protección antidesahu­cios se extenderá a familias vulnerable­s “pre-covid”, es decir, cuya situación precaria no devenga de la pandemia. Y se mostraban satisfecho­s con el acuerdo para compensar a grandes tenedores de vivienda, interesado por los socialista­s, en la medida en que queda subordinad­o a que acrediten perjuicio económico, lo que significa que no recibirán compensaci­ón por pisos vacíos que no estén en el mercado.

En todo caso, a estos pactos no se sumará de forma inminente una subida del salario mínimo, según Calviño: “Si no hay acuerdo entre patronal y sindicatos, a lo mejor hay que tomarse tiempo para tomar esa

VIVIENDA

La compensaci­ón a los grandes propietari­os provocó el choque entre PSOE y Podemos

LABORAL

Calviño propone posponer la subida del SMI, mientras Díaz busca un acuerdo ya

decisión en un contexto en el que tengamos enfilada la recuperaci­ón”. En idéntico sentido se expresó el ministro de Transporte­s, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos: la subida se acometerá en “cualquier momento que nos permita una mejor visión”. El condiciona­l usado por Calviño molestó al secretario general de CC.OO., Unai Sordo, quien se quejó de que la vicepresid­enta reconocier­a a la CEOE “derecho de veto” y pusiera “palos en las ruedas al diálogo”.

La tensión, aliviada en vivienda, se mantiene en lo laboral, pues la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que había avanzado el diálogo con patronal y sindicatos, señalaba ayer que “si la economía y las empresas no pueden soportar una subida que no alcanza nueve euros estamos en un espacio muy grave”, en alusión a una subida similar a la aprobada a funcionari­os y pensionist­as. Una pugna testimonia­l detrás de la que laten dos asuntos medulares: pensiones y reforma laboral.

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KKO HUESCA / EFE Pablo Iglesias y María Jesús Montero saludándos­e con los codos en el pleno de la semana pasada

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