Salvador Sunyer
Director de Temporada Alta
El festival Temporada Alta de Girona que dirige Salvador Sunyer hace balance: pese al cierre cultural han montado más de medio centenar de obras y la programación online por la pandemia ha funcionado tan bien que seguirá como parte del certamen.
La pandemia ha forzado este año al festival Temporada Alta, que concluye hoy, a una carrera de anulaciones, reprogramaciones, cambios de horarios e, incluso, a prolongar el festival dos semanas. ¿Resultado final? Contra todo pronóstico, solo cuatro obras han quedado anuladas y la mayoría, más de medio centenar, han podido llegar al público, incluidos varios montajes internacionales. No solo eso: de los cien trabajadores del festival estos dos meses largos ninguno ha sufrido el coronavirus, prueba de que los teatros son espacios seguros. Aún más: la programación digital creada para este año, incluso la de pago, ha logrado muy buena aceptación, por lo que a partir de ahora Temporada Alta mantendrá siempre un festival online. Y, por último, señala el director del festival Salvador Sunyer, este año ha habido dos grandes cambios en las salas: “Antes todo el mundo tosía y este año han dejado de toser, pero, sobre todo, no ha habido ninguna función que no haya venido gente a darme las gracias por seguir adelante con el festival, lo que muestra que la cultura tiene un poco más de importancia de lo que pensábamos”.
Por supuesto, los números finales del balance son menguantes, dado que el aforo de los teatros estaba al 50% por la pandemia y que se tuvieron que programar menos montajes presenciales que en otras ediciones: si en 2019 hubo 53.086 espectadores en las salas, éste ha habido 12.991. La taquilla ha caído en 670.000 euros, y si el año pasado supuso el 23,78% de los ingresos del festival, éste ha sido sólo el 6,9% de los 2,5 millones de euros a los que se ha visto reducido, aportados por las administraciones (62,5%) y empresas patrocinadoras (30,6%), que han mantenido sus compromisos.
Si los espectadores presenciales este año no podían ser muchos, en cambio Temporada Alta ha logrado despegar en el mundo online con la programación A distància, que diseñaron por si este otoño no se podían abrir los teatros: 70.286 personas han visualizado alguno de sus espectáculos, algunos grabados hace tiempo, otros durante el festival, otros emitidos en directo a través de la plataforma Zoom e incluso podcasts para escuchar en el móvil en medio de un supermercado y así convertirlo en escenario. Y de esos miles de personas, hasta 8.756 han visto los espectáculos online de pago, con un especial éxito de las actuaciones a través de Zoom. De hecho, la apertura del festival con Bouvetøya de Julio Manrique fue más vista online que en el Teatre Municipal de Girona. Y si en la programación presencial solo el 24% del público es de fuera de la provincia de Girona, online es el 70,5%.
Esos números han determinado a Sunyer a que a partir de ahora habrá “dos festivales, uno para la gente que puede venir aquí y otro para todo el mundo. A partir de ahora habrá siempre un festival a distancia potente que explore los nuevos formatos que no habíamos hecho y en los que poca confianza habríamos tenido en otra circunstancia”, confiesa. Un festival, prosigue, “que dará trabajo a más gente y ayudará a que la creatividad salga más fácilmente de aquí al mundo”. Y concluye que la pandemia “nos ha permitido ver cómo de desencuadernado está el mundo cultural en nuestro país, y tras haber ido tapando los agujeros estos meses, ahora hay que repensar el sistema cultural, mirando al resto de Europa sin cometer sus errores y poniendo el esfuerzo en los contenidos en vez de en las estructuras, los edificios. Buscar el papel del artista en nuestra sociedad contemporánea y futura”.