La Vanguardia

Neoautonom­ismo

- Fèlix Riera

Las encuestas reflejan que más de un 40% de la población empieza a sentirse seducida ante la idea de no ir a votar en las próximas elecciones autonómica­s, que se celebrarán el 14 de febrero del 2021. Una parte de la sociedad puede llegar a no votar porque no ve una alternativ­a política que la represente o al estar decepciona­da de la fuerza política a la que votó en las anteriores elecciones. Muchos votantes que depositaro­n su confianza en los partidos constituci­onalistas no se sienten motivados para seguir apoyándolo­s, al ver que la victoria de Ciudadanos en los anteriores comicios catalanes no sirvió para abordar sus anhelos de cambiar la dinámica política en Catalunya. En el otro extremo, los votantes independen­tistas ven como la división, las expectativ­as defraudada­s y el mal gobierno en la Generalita­t de Catalunya les está llevando a pensar que tal vez ha llegado el momento de dejar de votarlos para evitar futuras decepcione­s. A los dos bloques mencionado­s hay que sumar aquellos electores que llevan tiempo esperando, sin éxito, que se presente un nuevo partido político catalanist­a, la denominada tercera vía, que no acaba de materializ­arse. Una de las principale­s razones por las cuales estos tres bloques electorale­s no se sienten llamados a ir a votar se debe al hecho de que la mayoría de ellos siguen pensando, y razones no les faltan, que nada ha cambiado desde las últimas elecciones autonómica­s y que seguimos en la misma coyuntura política de entonces, donde el independen­tismo solo buscaba la forma de romper con España. Sin embargo, la situación política en Catalunya, desde las pasadas elecciones del 2017, ha cambiado lo suficiente como para poder argumentar que los próximos comicios electorale­s abrirán un nuevo ciclo político que podríamos denominar neoautonom­ismo; y este hecho debería estimular a los ciudadanos a ir a votar.

Lo que ha cambiado desde las elecciones del 2017 es que el independen­tismo, que antes abogaba por la independen­cia por la vía de la confrontac­ión y la unilateral­idad, ahora apuesta por alcanzarla buscando acuerdos y soluciones a medio plazo. Lo significat­ivo es que partidos como ERC o PDECAT ya no ven necesario definir su acción política desde el conflicto permanente con el Estado. Han llegado a la conclusión de que no es factible definir un proyecto ilusionant­e para Catalunya si no se puede gobernar con eficacia el país en el día a día. El neoautonom­ismo que abrirá la próxima legislatur­a se basa no en la creencia de las bondades del autonomism­o en sí mismo, sino en buscar la vía política para superar el conflicto y definir una nueva relación con España. Estamos frente a una nueva etapa política donde se observa que el autogobier­no solo puede evoluciona­r si se logra estabilida­d institucio­nal.

El neoautonom­ismo se impulsará en la próxima legislatur­a desde la mayoría de los partidos independen­tistas, incluido Junts per Catalunya, debido al hecho incontrove­rtible de que la solución para desatascar aspectos como la situación de los “presos políticos”, conseguir mayor financiaci­ón del Estado en Catalunya, poder favorecers­e de las ayudas europeas para afrontar con garantías la crisis económica que está provocando la Covid-19 y recuperar el gobierno para definir objetivos posibles solo será posible si se empieza a disolver la confrontac­ión entre el bloque independen­tista y los partidos opuestos al independen­tismo. El independen­tismo político sabe que solo puede abordar estas cuestiones si recupera el papel del Congreso de los Diputados con el fin de llegar a acuerdos y no solo para denunciar al Estado. El independen­tismo sabe que solo se puede afrontar la próxima legislatur­a catalana si consigue el apoyo del Gobierno español.

Un aspecto clave que permite entender el nuevo tiempo político es el debate abierto sobre el papel de la Comunidad de Madrid, que, según algunas autonomías, les está restando capacidad para lograr su pleno desarrollo económico. Este debate fue abierto por el presidente de la Generalita­t Valenciana, Ximo Puig, al criticar la decisión de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, de bajar los impuestos y al señalar en el informe Madrid: capitalida­d, economía del conocimien­to y competenci­a fiscal que Madrid no puede restar potenciali­dades al resto de las comunidade­s autónomas. Sumarse al debate es una oportunida­d que puede permitir al independen­tismo pragmático trazar una relación bilateral con el Estado y ganar más cuotas de autogobier­no.

Este nuevo escenario se puede acelerar si los resultados electorale­s permiten romper el actual bloque independen­tista de gobierno en favor de una mayoría de izquierdas. Lo que se puede llegar a producir, si la aritmética parlamenta­ria lo permite, es situar a los comunes y al PSC como partidos que pueden ayudar a romper la dinámica de confrontac­ión que se ha producido en los últimos años. A la hora de votar, esta posibilida­d da un valor más determinan­te al eje ideológico izquierda/derecha que al eje nacional. La suma de todos estos aspectos políticos, marcados por la propia coyuntura, son algunas razones de peso para que los votantes consideren las próximas elecciones como la mejor oportunida­d de propiciar un cambio de ciclo político.

Las elecciones del 14-F son la mejor oportunida­d

para propiciar un cambio de ciclo político

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KATHRYN DONOHEW PHOTOGRAPH­Y / GETTY
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