Y ahora una conjunción (y no copulativa)
Todo fue anunciar que Júpiter iba a conjuncionarse con Saturno y aparecer una nueva cepa del virus que ha convertido este año de (des)gracia del 2020 en eso, y no decimos Annus horribilis porque esa histórica aseveración la dejamos para el jueves.
Dice un refrán chino que cuando tu casa se está quemando no te preguntes si fuera llueve, se supone que para salir corriendo. Aquí estamos todos remojados y viendo como los niños de San Ildefonso se ponen la mascarilla y así, además de premios, dan ejemplo. El mejor premio es justamente que no nos toque nada, con la que está cayendo y lo de los astros; lo de descorchar champán y pedir el finiquito en el trabajo si eso otro año, este una prefiere que se olviden de ella las estrellas, sus conjunciones y hasta los bombos, los números capicúas y los primos, para nosotros todos.
Nada más enterarme salí corriendo a comprar una brújula, no para saber qué camino tomar, aunque tampoco me iría mal, sino para localizar el sudoeste, que es por donde se iba a poder ver la cosa, a simple vista. Eso en mi caso nunca aplica por culpa de la mascarilla, que me empaña las gafas, y supongo que no soy la única que no ve ni los semáforos, lo cual hubiera sido una lástima, porque el próximo encuentro de estas características será el 15 de marzo del 2080, si para entonces queda planeta. Funcione o no la vacuna, la que esto firma estará criando malvas en una urna, así que subí a la terraza sin allegados y expulsé a los vecinos diciendo que tenía un soplo de la lotería, del número que va a tocar. Se lo creyeron, yo de mí nunca lo hubiera hecho.
Tardé en entender si la cosa cósmica se produce cada 800 años, cada 400 o cada 20, pero no lo explico aquí porque seguro que algo diré mal y alguien se quejará. Solo precisaré que este año coincidió con el solsticio de invierno en el norte y de verano en el sur, y que, de tratarse de la estrella que guía a los Reyes, mejor que el 2020 se vayan en otra dirección, por si acaso también. Han corrido muchos bulos sobre lo de la conjunción, pero está claro que no se trataba de una de tipo copulativo, aunque eso de que Bélgica había prohibido las prácticas sexuales en grupo para evitar la expansión de la Covid-19 también era un bulo.
Dicen los sabios que el hecho de que los encuentros en el tercer anillo y similares se repitan periódicamente es una prueba de que existen unos principios básicos en el universo. Pues si el 2020 se va a repetir, conmigo no cuenten.
Si por las reglas del universo este 2020 se va a repetir, conmigo que no cuenten