El ritmo actual de casos puede colapsar las ucis en Catalunya tras las vacaciones
Vergés reclama prudencia, porque habrá un 50% más infección en una semana
El crecimiento de la epidemia en Catalunya no es tan fuerte como se temía la semana pasada, anunciaron ayer la consellera Alba Vergés y el coordinador del seguimiento de la Covid-19, Jacobo Mendioroz. Pero los datos no dan mucho margen al optimismo. Hace cuatro días, la contabilidad de nuevos positivos a través de los test de antígenos indicaban unos 12.000 nuevos casos a la semana. Ayer ya eran 13.000. Diez días antes, alrededor de 7.500.
Detectan una cierta estabilización en niveles muy elevados, lo que se traducirá en unos días en un gran incremento en los hospitales, y en dos semanas el volumen de enfermos en la uci podría ser el doble que ahora.
Eso significa que, en lugar de 327 pacientes críticos por la Covid-19 que había ayer, habrá 420 la semana que viene y 650 la siguiente. Son los datos que se desprenden de las previsiones matemáticas que maneja el Catsalut para avanzarse al problema.
“No vamos bien, tenemos que mantenernos muy alerta, reducir al máximo la interacción personal y escoger muy bien que queremos hacer estos días”, insistió la consellera Vergés. “Porque aunque el crecimiento de casos no sea exponencial, estamos en crecimiento. Y con esta velocidad, una Rt de 1,5, no hay ninguna duda de que habrá un 50% más infección en una semana. Mucha prudencia”.
El optimismo de margen estrecho proviene de ciertas subidas y bajadas que se han sucedido probablemente en la recogida de casos durante los días de puente. “En el hospital hemos tenido esas oscilaciones, pero ya sabemos que cuando durante cuatro días seguidos van llegando 6 o 7 casos que ingresan, al séptimo día serán 12 o 13. No falla”, explica la jefa de urgencia de Sant Pau, Mireia Puig.
Así que los servicios sanitarios se enfrentan a una Navidad agitada. La parte buena es que estas dos semanas se suspende la práctica totalidad de la actividad programada, porque casi nadie quiere operarse en estas fechas. Pero el problema asomará en toda su crudeza a la vuelta.
Según los cálculos de los expertos de Salut Pública, los Reyes pueden traer el grueso de la tercera ola. Aún es pronto para saber si el día 28 se endurecerán las medidas de restricción para frenar en lo posible la gran ola.
Mientras, mossos y policías locales están organizándose para reforzar la exigencia de las normas plagadas de excepciones. “Las personas que estos días festivos se trasladen a una segunda residencia con toda su burbuja o quienes se muevan para cuidar o ver a un familiar fuera de su comarca deberán llevar preparados documentos que ayuden a acreditar tal cosa”, advirtió el conseller de Interior, Miquel Sàmper.
El enfado social, quizá por agotamiento, se está traduciendo en un aumento de los delitos de desobediencia y resistencia a la autoridad. “Ha crecido un 21%”, detalló el conseller. “La disconformidad y el cansancio es cada vez mayor; este tipo de reacción siempre está ligada a momentos de tensión en la calle”, explicó.
Sàmper se atrevió a hacer autocrítica y reconoció que se equivocaron al no alargar el confinamiento
Sàmper reconoce que fue un error no ampliar el confinamiento municipal a todo el puente de la Purísima
municipal del fin de semana durante todo el puente de la Purísima. “Vista la movilidad que hubo, sobre todo en Barcelona, ese lunes y martes es evidente que se podría haber ponderado. Hubiera sido más acertado alargar el fin de semana hasta aquel miércoles a las 6 de la mañana”.
La actividad del virus ayer se resume en unos 2.000 nuevos casos, 1.623 infectados hospitalizados (56 más), 327 en uci (7 más), 40 fallecidos (16.623 en total), una velocidad de propagación de 1,52 y 257,7 infectados por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días. Ripollès y Cerdanya tienen unas cifras mucho peores por varios brotes superpuestos que Jacobo Mendioroz aseguró que están controlando.