Las tarifas del transporte público quedan congeladas
Las administraciones acuerdan mantener los mismos precios de los billetes durante el 2021, pero no resuelven cómo afrontarán el déficit
Las pérdidas que acumula el transporte público no se repercutirán en los viajeros. El precio del metro, los trenes y los autobuses continuará siendo el mismo en el 2021. La congelación de tarifas es total, tanto en los billetes sencillos como en los abonos mensuales, así como en la T-casual –a la que muchos le siguen llamando T-10–, que ya experimentó una subida el año pasado a la vez que bajaron el coste de los títulos de viajes ilimitados.
El déficit derivado de la crisis del coronavirus en el sistema de transporte público será asumido por las administraciones, que han preferido hacer un esfuerzo presupuestario antes que optar por una impopular subida de tarifas a menos de dos meses de una cita electoral. Eran las dos únicas salidas que había a la situación y finalmente han optado por la menos lesiva para los usuarios.
Aun así, la manera de resolver la encrucijada es todavía una incógnita. Ayer optaron por hacer pública
la congelación de tarifas mediante un escueto comunicado que en otro momento habría sido presentado con toda la pompa. De esta manera se ahorraron tener que explicar cómo piensan afrontar presupuestariamente una cuestión tan delicada que en la anterior crisis estuvo a punto de llevar a la quiebra el sistema de transporte público catalán. Una parte de la solución se fía a los fondos extraordinarios del Gobierno, que pueden superar los 200 millones de euros, pero queda pendiente la otra mitad que obligará o a aumentar aportaciones o a refinanciar la deuda.
La decisión se tomó con absoluto consenso en el consejo de administración de la Autoritat del Transport Metropolità (ATM). Esta vez, tanto la Generalitat como el Ayuntamiento y el Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB) estaban de acuerdo en que el objetivo era congelar las tarifas para no afectar aún más a los maltrechos bolsillos de los ciudadanos. El problema no era la voluntad política, si no los números rojos sobre la mesa derivados de la caída de viajeros. Así que ayer optaron por cerrar el acuerdo que beneficia a los usuarios y la cuestión económica se emplazaron a acordarla más adelante.
La cuestión es central ya que en el conjunto del sistema las pérdidas que deja la pandemia se han disparado hasta los 442 millones de euros. Los números no pueden salir con una demanda estancada entre el 50 y el 60% de lo que era habitual el año pasado y una oferta que se mantiene al 100% para tratar de evitar aglomeraciones en la medida de lo posible. Solo en Transports
Metropolitans de Barcelona (TMB) las pérdidas son de 179 millones este año.
La situación no pinta mucho mejor para el próximo ejercicio, con una previsión de déficit en el conjunto del sistema de 308 millones más si se recupera parte de la movilidad y la demanda llega a moverse en niveles de entre el 68% y el 80% de los valores previos a la pandemia. El agujero puede alcanzar los 750 millones, aunque el número puede ser muy variable en función de la evolución del virus y de la posterior recuperación económica.
La decisión de mantener tarifas en el 2021 también supondrá prorrogar todo el año las tarjetas ya adquiridas. La T-casual comprada hace unas semanas a la que le quedan unos cuantos viajes se podrá gastar durante todo el año, no caducarán hasta el 31 de diciembre del 2021.Para esa fecha, quizás ya habrá alguna novedad sobre la T-mobilitat, el nuevo sistema tarifario que se lleva retrasando unos cuantos años. Cuando parecía que podía hacerse realidad, la Covid-19 volvió a paralizarlo y no hay noticias de su entrada en funcionamiento, aunque ya se están haciendo las primeras pruebas y fuentes del sector confían en poder dar algún paso adelante a lo largo del 2021.
El pacto no concreta la aportación anual que harán Generalitat, Ayuntamiento y AMB
Las tarjetas a las que aún les quedan viajes podrán ser utilizadas durante todo el 2021