El cierre del Reino Unido lleva de nuevo la inquietud a los mercados
El Ibex retrocede más de un 3% y pierde de nuevo la cota de los 8.000 puntos
El rally de fin de año, aquel con el que sueñan los inversores para poner colofón al ejercicio bursátil, se cortó ayer abruptamente a causa, cómo no, de la pandemia. El cierre prácticamente total del Reino Unido tras descubrirse una nueva cepa de la Covid-19 provocó el regreso de la incertidumbre a los mercados y, con ella, de las ventas. El Ibex fue la peor de las grandes bolsas europeas, con un retroceso del 3,1% que le llevó a perder de nuevo esos 8.000 puntos que tanto le había costado reconquistar. No ha quedado lejos, pero todo parece frágil e inestable, por mucho que las vacunas estén a la vuelta de la esquina.
Ayer empezó el invierno y la segunda, tercera o cualquiera que sea la ola en la que se encuentra el coronavirus se vuelve más peligrosa con el frío, según los expertos. Lo notó de modo especial IAG –el holding propietario de British Airways, Iberia y Vueling–
con un retroceso del 9%, el mayor del Ibex. Amadeus y Meliá Hoteles, también muy dependientes de los viajes, cayeron un 4% y un 2%, respectivamente. Junto con ellos, sufrió toda la banca, con un castigo especial a la más expuesta al Reino Unido, como es el caso de Banc Sabadell (-7%) y Santander (-5%).
En Europa, el tono de nerviosismo y volatilidad crecientes no se despejó en toda la jornada. Al final del día, el Eurostoxx cerró con una bajada del 2,7% a la que contribuyeron decisivamente los bancos, como el holandés ING (-6%) o el francés BNP (-4%), constructoras como la también gala Vinci (-4,7%), la petrolera italiana ENI (-4,4%) o la farmacéutica alemana Bayer (-4,3%).
Curiosamente, la Bolsa de Londres, cuyos valores deberían verse más afectados por la terrible situación de la pandemia en las islas –donde se ha declarado fuera de control–, salvó los muebles y solo descendió un 1,7%. Solo IAG, ya mencionada, la aerolínea irlandesa Easyjet (-7,2%), algunos bancos y la petrolera angloholandesa Royal Dutch Shell sufrieron descalabros importantes.
Lo importante para el mercado es qué va a pasar ahora. Y ahí, los analistas piden cautela y avisan de los posibles escenarios que se avecinan. “Vemos una creciente incertidumbre sobre una nueva cepa de coronavirus más infecdespedir ciosa que se propaga por partes de Inglaterra”, dijo a Bloomberg Ulrich Urbahn, jefe de estrategia e investigación de múltiples activos en Berenberg Bank. Esto, junto con las restricciones a los viajes, “es la razón por la que vemos que la libra se hunde y los mercados de riesgo retroceden ligeramente. Hasta que tengamos más claridad, los refugios seguros seguirán siendo los más demandados”, concluye Urbahn.
El oro mantuvo el tipo cerca de los 1.900 dólares la onza y la plata avanzaba más de un 1% cerca del cierre. Todo, a una semana de el 2020, en el que la pandemia ha marcado el ritmo de las bolsas, las primeras en contagiarse, en beneficiarse de los efectos de la vacuna por anticipado y en volver a la UCI en cuanto el virus amenaza con volverse más letal.
Ayer, como en casi todo este año, Wall Street volvió a mostrar sus fortalezas. Mientras las bolsas europeas hincaban la rodilla, las empresas del Dow Jones, el índice más representativo de la economía, o del siempre boyante Nasdaq tecnológico minimizaban el impacto. Nadie se atreve a ir contra la Reserva Federal.
El aislamiento de las islas afecta de forma especial a aerolíneas como IAG y Ryanair, con fuerte retrocesos