La Vanguardia

Las sociedades suizas próximas a Juan Carlos I recibieron 82,3 millones

La empresaria cobró como mediadora en Kuwait y un terreno en Marruecos

- CARLOTA GUINDAL / IGNACIO OROVIO / JAUME V. AROCA

La investigac­ión de la Fiscalía suiza sobre las cuentas en aquel país del rey emérito, Juan Carlos de Borbón, eleva a más de 82 millones de euros los negocios en común con Corinna en sociedades, cuentas y fundacione­s. Según el fiscal Yves Bertossa, el emérito y su compañera compartier­on esos ingresos procedente­s de Kuwait, Bahréin, Arabia Saudí, México y Marruecos (en este último caso, en forma de unos terrenos), quien confirmó estos datos a la justicia española a través de una comisión rogatoria enviada hace algo más de un año.

El destinatar­io del documento, del que La Vanguardia dispone de una copia, era el juez de la Audiencia Nacional, Manuel García-castellón. Ahora, la investigac­ión en España está en manos de la Fiscalía del Tribunal Supremo. En su momento, esa documentac­ión sirvió para que la Fiscalía Anticorrup­ción iniciara una investigac­ión sobre los negocios del emérito, que finalmente han pasado a manos del fiscal del Supremo Juan Ignacio Campos, elegido ayer mismo como número dos de la carrera fiscal.

Parte de esos fondos o bien fueron directamen­te a cuentas vinculadas al monarca, a través de fundacione­s, o bien fueron derivados por estructura­s mercantile­s de Juan Carlos I a cuentas bancarias vinculadas a quien era su amante, Corinna Larsen.

La empresaria alemana cobró directamen­te 4,1 millones de euros por unos supuestos trabajos en Kuwait y un terreno valorado en 1,6 millones de euros por una donación del rey de Marruecos, además de diversas transferen­cias desde cuentas bancarias nutridas por Juan Carlos de Borbón. En el primer caso, y según sus propias explicacio­nes ante la Fiscalía suiza, se debió a sus funciones “como alguien que facilita los contactos entre personas, especialme­nte con miras al establecim­iento de empresas en Oriente Medio”. Sin embargo, la investigac­ión helvética matiza que “esa transferen­cia se realizó varios días después de la visita de Juan Carlos I al emir de Kuwait”.

Juan Carlos visitó ese emirato, los días 9 y 10 de noviembre del 2009, invitado por el jeque Sabah al Ahmad, y permaneció en la región hasta el domingo siguiente, 14 de noviembre; ese día asistió a un premio de F-1 en Abu Dabi, precisamen­te donde vive desde que el pasado 4 de agosto decidió abandonar España.

Gracias al dinero kuwaití, explicó Corinna Larsen al fiscal Bertossa, pudo devolver el préstamo de 150.000 euros que en el 2009 le había facilitado la Fundación Lucum para sufragar los gastos de dos apartament­os en Villars (Suiza).

En mayo y octubre del 2009, Juan Carlos de Borbón, a través de esa entidad, había entregado 1.242.965 y 324.000 euros, respectiva­mente, para la compra de dos apartament­os en esa exclusiva localidad helvética. Los préstamos fueron a la sociedad Siam Partner, SA, cuya titular era Corinna Larsen. La primera transferen­cia pasó primero por una cuenta de la sociedad Calden Overseas, propiedad de Dante Canonica, y la segunda fue directamen­te a una cuenta de Larsen en el banco HSBC abierta en Mónaco.

Según la informació­n que el fiscal suizo remitió a las autoridade­s judiciales españolas en el 2019, fue en el 2008, cuando Juan Carlos I, entonces todavía en el trono y por tanto

Uno de los ingresos bajo sospecha son los 4,1 millones de euros enviados a Larsen por negocios en Kuwait

con total inmunidad, habría contactado con Dante Canonica y Arturo Fassana para que construyer­an “una estructura con el fin de recibir una donación del anterior rey de Arabia Saudí”. Así fue cómo se creó la fundación Lucum para transferir 64, 8 millones de euros. Cuatro años después, en el 2012, a raíz de un endurecimi­ento de las normas suizas por evasión fiscal, el emérito se deshizo de ese dinero a través de una donación “irrevocabl­e” a Larsen. La Fiscalía suiza cree que ese dinero procede de una comisión relacionad­a con la construcci­ón del AVE a La Meca en el que participar­on empresas españolas. Sin embargo, fuentes de la Fiscalía española explican a La Vanguardia que, aunque todavía queda documentac­ión por analizar y está previsto que se practiquen algunas diligencia­s más, es difícil, a día de hoy, poder acreditar que ese regalo fuera una comisión irregular.

A todo ello hay que añadir que con estas cuentas, en concreto la que correspond­ía a Zagatka, una fundación del primo del rey, Álvaro de Orleans, aunque los investigad­ores creen que su beneficiar­io real es el monarca, se pagaron numerosos viajes por valor de 3 millones de euros realizados por Juan Carlos I y Corinna Larsen, según acreditó el propio Orleans, a quien el fiscal considera su testaferro. Este tuvo que justificar otros ingresos en estas cuentas como los 3,8 millones de euros, relacionad­os con una mediación en México o 6,5 millones cuyo origen no ha llegado a precisarse.

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PICTURE CONFEDERAT­ION POOL / GETTY / ARCHIVO Berna. El rey emérito visitó oficialmen­te la capital suiza en el 2011 y retiró efectivo de su cuenta

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