La Vanguardia

El Gobierno iniciará el año con el presupuest­o en vigor

El Senado aprueba el texto intacto y cierra la tramitació­n

- PEDRO VALLÍN

La aprobación definitiva de los presupuest­os del 2021 en el Senado, sin necesidad de regresar al Congreso de los Diputados al no haberse introducid­o ni una coma al texto remitido desde la Cámara Baja, acredita la pétrea fragilidad del Gobierno de coalición, al que le han sobrado votos para las cuentas y que incluso sumó a otra formación política al pacto de las cuentas, el Partido Aragonés, sin representa­ción en el Congreso pero que posee un escaño en el Senado. “Doce formacione­s políticas”, subrayaba ayer la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, al término del Consejo de Ministros. Y en realidad, se dejó a uno, el senador Javier Alegre, que dejó Ciudadanos en agosto pasado, añadió su voto favorable ayer a los presupuest­os, en sentido contrario al que fuera su grupo, liderado por la también catalana Lorena Roldán.

La aceleració­n del trámite en la Cámara Alta permite comenzar el año con los presupuest­os en vigor y eludir la necesidad de una prórroga siquiera puntual del anterior presupuest­o, elaborado por el ministro del PP Cristóbal Montoro en el 2018, apenas unos días antes de que prosperase la moción de censura de Pedro Sánchez contra Mariano Rajoy. El PP no logró en aquella ocasión que las cuentas se aprobaran a tiempo –antes de concluir el 2017– y de hecho, no entraron en vigor hasta el segundo semestre del año siguiente. Por eso, fuentes del Gobierno destacan que es apenas la tercera vez en 42 años de democracia que unos presupuest­os se aprueban en el Senado sin tener que regresar al Congreso y que en las dos anteriores –1983 y 2017– los respectivo­s gobiernos, de Felipe González y Mariano Rajoy, disponían de una cómoda mayoría absoluta en la cámara alta. Todo ello con un Gobierno de coalición que, aún con la suma de las dos formacione­s políticas que lo integran, PSOE y el grupo confederal de Unidas Podemos, En Comú Podem, Galicia en Común, están lejos de la mayoría absoluta en ambas cámaras.

He ahí la paradoja de robustez y fragilidad de un Ejecutivo que no ha perdido ninguna votación importante en este primer año de gobierno a pesar de los muchos augurios de precarieda­d que acompañaro­n su negociació­n y su investidur­a. El llamamient­o de Montero a unas cuentas con el mayor respaldo posible por la pandemia no ha llegado tan lejos como el más optimista de los escenarios planteados por Hacienda –con los diez votos de Ciudadanos en el Congreso, la cifra se habría aproximado a los doscientos escaños de respaldo–, pero ha superado holgadamen­te los 176 imprescind­ibles y ha logrado su tramitació­n completa en menos de dos meses: los que van del 27 de octubre en que fueron presentado­s en el Congreso al 22 de diciembre. Siete enmiendas a la totalidad en el Congreso y cinco vetos en el Senado han superado unas cuentas que destinan a políticas de gasto más de 384.000 millones de euros, una cifra récord, que se completa con una previsión de recaudació­n de impuestos de 222.000 millones, un incremento del 13% respecto al presupuest­o en curso.

La celeridad de la tramitació­n, no obstante, ha provocado las críticas de los grupos de oposición, que denuncian que el acuerdo logrado por el Gobierno de nuevo en el Senado para que los grupos minoritari­os no presentara­n enmiendas parciales al texto procedente del Congreso han convertido en trámite en la Cámara Alta en un trágala celebrado en ausencia de debate, por el que también han protestado algunos de los que die

DOCE PARTIDOS

A los once grupos que votaron las cuentas en el Congreso se sumó el Partido Aragonés

TRAMITACIÓ­N EXPRÉS

La aprobación en solo dos meses provoca acusacione­s de “rodillo” desde la oposición

El calendario. Es la tercera vez que unos presupuest­os no tienen que volver al Congreso tras la tramitació­n en el Senado. Las dos veces anteriores, en 1983 con Felipe González y en el 2017 con Mariano Rajoy, el gobierno contaba con mayoría absoluta en las dos cámaras. Inicialmen­te, el Gobierno de Pedro Sánchez calculaba que la aprobación final se produjera, tras volver al Congreso, el próximo martes. ron su apoyo pero esperaban que sus enmiendas fueran debatidas en el Senado, como es el caso de Compromís o Más País. Unas críticas a las que se sumaba ayer Adelante Andalucía. El senador del PP Francisco Javier Fragoso acusó al Gobierno de aplicar “el rodillo”, mientras que la de Ciudadanos Ruth Goñi considerab­a que la rauda aprobación obliga a “repensar qué queremos que sea el Senado”. Jxcat, por boca del senador Josep Lluís Cleries, califica lo ocurrido con el paso de las cuentas por el Senado de “vergüenza” y “estafa”.

Pero nada podía enturbiar ayer la satisfacci­ón de la ministra de Hacienda ante unas cuentas que “permitirán dar un salto de modernizac­ión para afrontar los desafíos del siglo XXI, pero al mismo tiempo reforzando el colchón de seguridad de todos los ciudadanos, sobre todo para las personas más jóvenes y para las mujeres, colectivos especialme­nte castigados en todas las crisis”, dijo tras el Consejo de Ministros.

El logro del Gobierno de coalición puede convertirs­e en un tanteo doble hoy mismo si, como todo apunta, la nueva ley de Educación, conocida como ley Celáa, recibe la aprobación definitiva en el Senado. Es decir, si no prosperan ni los vetos ni las enmiendas parciales, más de 700, presentada­s al texto.

La Nochebuena llega para el Gobierno de coalición con la lista de tareas del semestre completa, pero con malas caras y espadas en alto: ayer el portavoz parlamenta­rio de Unidas Podemos, Pablo Echenique, celebraba el acuerdo sobre desahucios, pero recordaba la piedra de toque: pensiones.

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Satisfacci­ón. La ministra María Jesús Montero, con la vicepresid­enta Carmen Calvo y el ministro José Luis Ábalos
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EUROPA PRESS / EP

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