El matrimonio de la suerte
Los loteros Marc Rosa y María José Couso, que son marido y mujer, reparten ocho millones de euros del tercer premio desde Ripoll y Anglès
Qué probabilidades hay de que un matrimonio reparta millones en dos administraciones de lotería distintas a la vez? Muy pocas, pero las hay. Sino que se lo pregunten a los loteros Marc Rosa y a María José Couso, una pareja catalano-gallega, que ha repartido ocho millones de euros del tercer premio, el 52472 del gordo de Navidad desde las administraciones que regentan en Ripoll y Anglès respectivamente. Dos municipios de la provincia de Girona separados por 70 kilómetros de distancia.
Lo de Couso ha sido llegar y besar al santo: hace escasamente un mes, el pasado 23 de noviembre, se hizo con la administración número 1 de Anglès por jubilación de los antiguos propietarios. Ayer, tan incrédula como emocionada, aseguraba haber repartido medio millón de euros, el equivalente a una serie o lo que es lo mismo diez décimos. Todos ellos vendidos por ventanilla.
Al mismo tiempo en la administración El Trèbol de Ripoll, que parece haber sido tocada por la vara de la fortuna (el año pasado repartió 17 millones de euros por otro tercer premio y en el 2012, 35,8 millones por un cuarto premio) su marido repartía la friolera de 7,5 millones de euros.
Loterías había consignado a esta administración de la plaza Anselm Clavé, regentada ya por la tercera generación familiar, un total de 15 series del numero agraciado. “Es un número fijo de este año que juega la administración cada sábado” explicaba ayer por la tarde Marc Rosa mientras atendía por ventanilla a los clientes que hacían cola en la administración en busca de otra oportunidad para el Sorteo de Reyes.
Los décimos agraciados también fueron vendidos íntegramente por ventanilla y entre los beneficiados no solo hay vecinos de Ripoll, sino también de otros pueblos de la comarca como Camprodon, Campdevànol o Sant Joan de les Abadesses. “Algunos lo necesitan más que otros, hay quien estaba en ERTE y no ha cobrado aún por lo que ese dinero vendrá muy bien”, explicaba ayer Rosa al conocerse transmisor de tanta fortuna. Probablemente para mantener las distancias de seguridad exigidas por la pandemia, pero también para evitar ser descubiertos por la prensa, ayer ningún cliente se dejó caer por esta administración. Eso sí, el lotero aseguró que le habían guiñado el ojo, un par de personas, síntoma de que la suerte fue muy benévola con ellos.
El premio no se ha quedado solo en la comarca del Ripollès. Un buen pellizco, un millón de euros aproximadamente, ha tenido como destino Andorra, donde Rosa trabajó durante once años en el
La administración El Trèbol, de Ripoll, repartió 7,5 millones entre vecinos de la comarca y de Andorra
sector de la hostelería y de la restauración, antes de regentar la administración El Trèbol, que desde hace más de 60 años está en manos de su familia.
Primero fue su abuela, de origen zaragozano, y desde el año 2000, su madre, Pilar Sebastián quienes han repartido fortuna. A sus 73 años recién cumplidos, Sebastián era una mujer feliz. “Nuestra mejor propaganda es dar un premio y el boca a boca”, aseguraba esta “jubilada activa”, quien añora el contacto directo con el cliente y que ayer no quiso perderse un nuevo descorche de cava (y van cinco en diez años), en una celebración algo desvirtuada por la pandemia.