La Vanguardia

Alberto II y Paola recapitula­n

Modifican su acuerdo matrimonia­l para dejar menos herencia a Delphine Boël

- BEGOÑA CORZO SUÁREZ

Los anteriores reyes de los belgas, Alberto II y Paola, que llevan 60 años casados, han vuelto a modificar sus capitulaci­ones matrimonia­les. Algo que se relaciona con la aparición en escena de Delphine Boël, de 52 años, la hija recién reconocida del rey emérito.

Tras siete años de pleitos, la justicia dictaminó este octubre que esta escultora es descendien­te de Alberto II y por tanto tiene derecho al título de princesa, al tratamient­o de alteza real y a todos los derechos de que gozan sus hermanos, menos a estar en la línea de sucesión, ya que es hija ilegítima.

Al parecer, este cambio en las capitulaci­ones persigue que la eventual herencia que pueda correspond­erle a Delfina Micaela Ana María Gislena de Sajonia-coburgo sea menor que la de sus hermanos nacidos príncipes, Felipe I, Astrid y Lorenzo. En el 2015, los anteriores reyes de los belgas ya cambiaron su contrato de matrimonio. Entonces optaron por una “división limitada de sus propiedade­s”. En aquel momento Delphine Boël ya había llevado a su padre a los tribunales y él se negaba a una prueba de ADN.

Cinco años después, Alberto y Paola reniegan de este acuerdo, según el diario belga Het Nieuwsblad. Los padres del actual soberano, Felipe I, han vuelto a cambiar este contrato de matrimonio para separar sus bienes comunes. De este modo, mientras que el primogénit­o y sus hermanos Astrid y Lorenzo heredarán de su padre y de su madre, Delphine solo recibirá una parte de Alberto II. Se desconoce, pero es de suponer, si el matrimonio ha dividido su patrimonio para que la mayor parte correspond­a a Paola y que la princesa Delfina no reciba tanto como sus hermanos.

El pasado 27 de enero la justicia reconoció que Delphine es hija de Alberto II, que abdicó en el 2013. Ahora parece que los Sajonia-coburgo-gotha van a intentar recortar el inventario para que herede lo mínimo posible. “La ley no dice que la separación tenga que ser al 50%”, explica un juez de familia belga a Sud Info. “Puede hacerse de manera que un cónyuge reciba un 80% de los bienes y el otro un 20%”.

El hermano de Balduino tuvo a Delphine con la baronesa Sybille de Selys Longchamps, con la que mantuvo una relación extramatri­monial durante más de 18 años, cuando era heredero al trono. Fue coronado tras la repentina muerte de su hermano Balduino, que falleció sin descendenc­ia con la aristócrat­a española Fabiola de Mora y Aragón.

De la existencia de Delphine, afincada en Londres, no se supo nada hasta la publicació­n de una biografía no autorizada de la reina Paola, en 1999. En su discurso de Navidad de ese año, el monarca no tuvo más remedio que reconocer implícitam­ente la existencia de esta descendien­te. Padre e hija se reunieron en octubre en el castillo de Belvedere para una foto familiar en la que también posó Paola. La nota oficial explicó que “después de la confusión, el sufrimient­o y las heridas, llega el momento del perdón, la curación y la reconcilia­ción. Será difícil y se necesitará paciencia, pero hemos decidido emprender juntos este nuevo camino”. La nueva princesa ya ha llevado a cabo actos institucio­nales. Semanas atrás asumió la presidenci­a de honor del fondo de un hospital para integrar iniciativa­s artísticas en los cuidados sanitarios.

La clave es que Felipe I, Astrid y Lorenzo son legatarios de ambos, pero la hija ilegítima solo lo es del padre

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AP Primer encuentro Delphine Boël, ahora princesa de Sajoniacob­urgo, se encontró oficialmen­te por primera vez con su padre biológico, Alberto II, y su esposa, Paola, en octubre en el castillo de Belvedere, en las afueras de Bruselas

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