La Vanguardia

El fiscal ve indicios de homicidio en las muertes de la residencia de Tremp

- JAVIER RICOU

“Los informes (enviados por Salut a la Fiscalía de Lleida) comunican importante­s déficits organizati­vos que constituye­n indicio de posibles delitos de homicidio por imprudenci­a y contra la seguridad de los trabajador­es”. Así reza la nota hecha pública ayer por la oficina judicial que dirige el fiscal Juan Boné, en la que se informa de la apertura de una “investigac­ión penal para averiguar posibles responsabi­lidades penales de la dirección” de la residencia de la Fundació Fiella en Tremp, tras morir 60 de sus 140 usuarios.

A la Fiscalía no se le escapa que esta alta mortalidad en un geriátrico por un brote en esta segunda ola de la pandemia es un hecho “totalmente extraordin­ario, en relación con lo ocurrido en otras residencia­s”. Como el hecho de que 42 de los 65 trabajador­es de ese asilo, según la informació­n facilitada por Salut a la Fiscalía de Lleida, hayan resultado también infectados en un periodo que no llega a las cuatro semanas.

Un primer análisis de los informes demandados por el fiscal jefe –el Govern se los ha enviado doce días después de ser solicitado­s– destapa la existencia de “indicios” que apuntan “disfuncion­es graves” en el funcionami­ento de ese asilo del Pallars Jussà.

Acusación que se niega desde la Fundación Fiella. La propiedad de este asilo emitió días atrás un comunicado en el que se afirma que cumplieron en todo momento con todos los protocolos establecid­os por las autoridade­s sanitarias y que el equipo directivo (los que aún no estaban de baja) dejó de tener competenci­as en el centro desde el mismo día en el que el Govern asumió la gestión del geriátrico.

La mayoría de muertes se produjeron con la nueva dirección nombrada por Salut. Casi el 80 por ciento de esos fallecimie­ntos se registraro­n en el asilo, sin que las personas mayores fueran trasladado­s al hospital de Tremp, pegado al geriátrico y con acceso directo a esas instalacio­nes sanitarias, sin necesidad de salir a la calle.

Por otro lado, ayer se registró una nueva muerte (ya son siete en el último mes) en el brote que afecta a la residencia La Solana, en Banyoles. Una portavoz de Salut en Girona informó, asimismo, que el número de positivos se eleva a 31. En ese centro hay 72 residentes y han resultado también afectados 16 de sus 40 trabajador­es. La conselleri­a asegura tener controlado este foco y que la residencia ha podido ser sectorizad­a.

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