“Es un gran privilegio ser actor y estar vivo todavía”
Anthony Hopkins, actor, protagoniza ‘El padre’
Anthony Hopkins cumplirá 83 años el próximo 31 de diciembre al pie del cañón, demostrando un talento inagotable que crece en cada nueva película. Después de encarnar magistralmente al papa Benedicto XVI en Los dos papas, por la que fue nominado al Oscar este año como mejor actor de reparto, su nombre ya suena con fuerza de cara a lograr una segunda estatuilla -la primera la consiguió con El silencio de los corderos (1991)- por su extraordinaria actuación como un hombre atrapado en la demencia senil en El padre, debut en el largometraje del dramaturgo francés Florian Zeller. La oscarizada Olivia Colman (La favorita) le acompaña en este drama en el papel de su sufrida hija, que debe hacerse cargo de su rebelde progenitor justo cuando planea dar un rumbo nuevo a su vida y marcharse a París.
¿Qué les llevó a querer participar en esta película?
Anthony Hopkins: Me sentí totalmente conmovido cuando leí el guion. Solo muy de vez en cuando ocurre que te ofrecen una historia que realmente te atrapa. Siento que he sido muy afortunado estos últimos años con los trabajos que he hecho en Westworld, Los dos papas o Rey Lear,
pero lo cierto es que interpretar a Anthony resultó muy fácil porque tengo su misma edad, siento su melancolía y mi cerebro es lo suficientemente viejo para comprender por lo que pasa. Olivia Colman: Yo me enamoré del texto en cuanto cayó en mis manos y habría hecho mi papel gratis. Anne ha sido un personaje bonito de crear. Mucha gente ha tenido que lidiar con la demencia durante generaciones. Tengo tres hijos, mis padres son mayores y es una enfermedad que me preocupa. Actuar con Anthony ha sido un placer, es un actor que hace las cosas fáciles, reales. Así que verlo confundido y triste en su personaje me hacía imaginar a mis padres en una situación así.
No hubo prácticamente ensayos antes de rodar. ¿Fue más fácil o más complicado preparar así sus personajes? Anthony Hopkins: Formar parte de esta historia ha sido pasar el mejor tiempo de mi vida. Florian es un director amable e instintivo que confiaba en sus actores y sabía lo que quería mucho mejor que otros realizadores con los que he trabajado. Era fantástico levantarme por la mañana , ir al estudio, que era un set pequeño y familiar, sin necesidad de preocuparme por ensayar. Solo tenía que aprenderme mis diálogos y dejarme llevar. En realidad, era como jugar un partido de tenis con Olivia en el que cada uno daba lo máximo de sí mismo. Ella es la mejor, la frustración que transmite es desgarradora. Olivia Colman: Hubo un ambiente de confianza absoluto en el set y Florian lo organizó todo de forma sencilla. Para mí era una maravilla ir a rodar cada día junto a Anthony. Le admiro desde que le vi en el programa Parkinson de la BBC y por eso quise dedicarme a la actuación, pero dudé mucho porque como no había actores en mi familia no sabía si podría lograrlo.
Señor Hopkins, usted tiene fama de gozar de una memoria increíble. ¿sigue alguna rutina especial para conservarla?
Leo mucho, pinto y toco el piano todos los días, que es un excelente ejercicio para el cerebro y la coordinación. También memorizo guiones. Es fácil. Mi mujer –la colombiana Stella Arroyave, que le ha dirigido en el drama psicológico Elyse– me dice: ‘Trabajas muy duro’, pero para mí actuar no es trabajar porque me divierto. Eso me mantiene con vitalidad. El proceso de actuar es reaccionar, tal y como decía Humphrey Bogart. Y eso es lo que hago. Me siento en forma y la verdad es que es un gran privilegio ser actor y estar vivo todavía. Mi lema es hacer las cosas fáciles, ir haciendo... En la vida no hay nada que ganar, nada que perder.
UN ACTOR DE BUENA MEMORIA “Leo mucho, pinto, memorizo guiones y toco el piano todos los días”