La Vanguardia

¿Qué ‘persona no humana’ sedujo a Picasso y Miró con sus pinturas?

- TERESA SESÉ

En 1957, el artista, crítico y coleccioni­sta de arte Roland Penrose organizó en el Institute of Contempora­ry Arts (ICA) de Londres una exposición titulada Pinturas de chimpancés, cuyo protagonis­ta era Congo, un simio desinhibid­o y bullicioso de dos años que el gran zoólogo y pintor surrealist­a Desmond Morris había rescatado del zoo con el objeto de investigar el origen del arte humano. El autor de El mono desnudo le puso un pincel en la mano y en un tiempo récord el pequeño simio produjo más de 400 obras que para muchos guardaban grandes similitude­s con la pintura de acción de los expresioni­stas abstractos americanos.

Las obras de Congo no eran salpicadur­as al azar, sino composicio­nes abstractas controlada­s, pero aún así la institució­n británica sabía que se la estaba jugando al exponerlas. Era la primera vez que la zoología y las bellas artes se unían, y los responsabl­es del ICA temían que aquello pudiera arruinar su reputación y que incluso los egos heridos de los artistas de vanguardia les impediría exhibir en adelante sus trabajos en el mismo lugar donde se mostraban obras de simios. El anuncio generó una crispada polémica, burlas en la prensa y la sospecha de que el mundo del arte había perdido definitiva­mente la cabeza.

Penrose le regaló a su amigo Pablo Picasso una pintura de Congo, que el artista conservó durante años en su casa de París –nada más verla dijo que le parecía espléndida, aunque luego mordió la mano del primer periodista que le preguntó sobre el tema– y cuando Miró expuso en la Tate de Londres quiso conocer a Morris, con quien intercambi­ó un dibujo de un camaleón por un cuadro de Congo. Dalí, más escéptico, aprovechó para cargar contra Pollock: “La mano del chimpancé es cuasi humana. La mano de Jackson Pollock es totalmente animal”.

Con el tiempo, las pinturas de Congo han conseguido cifras más que respetable­s. En el 2005, la casa de subastas Bonham sacó a la venta tres cuadros suyos junto a otros de Warhol y Renoir. El precio estimado de salida era de 1.300 dólares. Se adjudicaro­n por 26.000 a un coleccioni­sta california­no. Y el pasado año el propio Morris, de 92 años, puso a la venta toda su colección en la prestigios­a Galeria Mayor. Como el de tantos artistas humanos, el final de Congo fue trágico. Tras un brote violento, volvió a convivir con un grupo de chimpancés y falleció tras una tuberculos­is. Tenía diez años. Pero Congo no es el único simio que ha triunfado con los pinceles. La de los cincuenta fue una auténtica década dorada para el arte hecho por los simios. La propia Chita, compañera de Tarzán, tuvo una segunda vida como pintora tras abandonar su carrera cinematogr­áfica y fue el primer chimpancé en exponer en la National Gallery de Londres junto a Vermeer, Van Eyck, Leonardo, Rembrandt. Aunque en este caso lo hizo de rondón, como invitado especial del artista pop Peter Blake, autor de la celebrada portada del Sgt. Pepper’s de los Beatles.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain