En busca de la amplitud

Koeman sorprendió de inicio con un once sin Griezmann, sin Coutinho y con la presencia de tres centrales aplicando un 3-5-2 súper movedizo (en algunos momentos también pareció un 4-3-3). Quizá para sentirse más protegido atrás, quizá para intentar remediar el principal problema ofensivo: abusar del carril central y no utilizar las bandas por igual. Y la estructura le sirvió al Barça para ser ancho y encontrar los espacios interiores. Tanto es así que los ataques azulgrana por la banda derecha pasaron a ser del 34% cuando la media de la temporada, hasta ayer, estaba en 29%, y un 32% por la izquierda cuando la media de la temporada es del 39%. Cuando el Barça tiene amplitud productiva el panorama es otro.