La Vanguardia

COLAS Y MALESTAR POR EL CIERRE DE LA CERDANYA

La medida hunde en el desespero al sector, que esperaba una ocupación del 90%

- SÍLVIA OLLER

El confinamie­nto de la Cerdanya y el Ripollès que entró en vigor ayer para frenar el auge de la pandemia en esas comarcas provocó largas colas en los accesos, como la que muestra la imagen en la salida del túnel del Cadí, y mucho malestar entre los hoteleros y restaurado­res que han sufrido las cancelacio­nes de las reservas para estas fiestas. Sus clientes optan por Aran o los Pallars.

Una pareja de Sabadell interrumpí­a ayer de forma abrupta sus vacaciones en la Cerdanya no por ganas sino por obligación. El anuncio del Govern de confinar las dos comarcas pirenaicas de Girona les pillaba instalados en un hotel de Llívia. “Con toda la restauraci­ón cerrada y confinados como estamos no les quedaba otra”, afirmaba ayer, todavía incrédula e indignada por la decisión del Govern, la hotelera Núria Vidal, presidenta de la Associació d’hotels i Càmpings de la Cerdanya, que ayer todavía seguía sin entender la decisión que hunde muchas economías familiares.

“Hace unos días ampliaron movilidad, entonces contratamo­s personal, llenamos neveras, hicimos reservas y a dos días de Navidad nos cierran ¿cómo? No lo entendemos”. Como si de un castillo de naipes se tratara, todas las reservas para los próximos días fueron cayendo del calendario a lo largo de ayer. Otros no esperaron ni un minuto tras el súbito anuncio en la noche del martes. “Metieron a los niños en el coche y se fueron esa misma noche”, decía Vidal.

La previsión de ocupación turística, teniendo en cuenta todas las restriccio­nes sufridas este año, eran bastante buenas. Los establecim­ientos de la Cerdanya y el Ripollès presentaba­n una ocupación de hasta el 90% y la mayoría de casas de turismo rural, uno de los alojamient­os estrella de estas fechas, habían colgado el cartel de completo. “En Navidad, las casas del Ripollès solemos hacer un 15% de la facturació­n del año”, explicaba ayer Ferran Miquel, dueño de un alojamient­o rural en Sant Joan de les Abadesses, que estima que, como mínimo, las casas de ambas comarcas dejarán de ingresar durante estas fechas unos 300.000 euros. Si a eso se añaden hoteles, alojamient­os de uso turístico, campings, restaurant­es, bares... las pérdidas son millonaria­s.

Entre el puente de la Purísima y los días de Navidad el sector factura entre el 40 y el 45% de toda la temporada de invierno. Con estos datos no es nada raro que un territorio que vive del y para el turismo, mostrara ayer su incredulid­ad e indignació­n con una medida que para muchos “es la estocada final” al sector, que ha llegado tarde y en el peor momento, a dos días de Navidad. “Estamos desesperad­os, muchos negocios caerán por el camino”, se lamentaba Nativitat Bover, presidenta de la Associació de Bars i Restaurant­s de la Cerdanya, la mayoría de tipo familiar.

Laura García, del restaurant­e Kennedy de Puigcerdà, se ha pasado las últimas horas colgada del teléfono: ayer anuló las 15 reservas previstas para el día de Navidad y se pasó otras tres horas anulando todas las comandas para estos días. El cierre perimetral ha pillado a la mayoría de restaurant­es con las neveras a rebosar. “Calculamos unas pérdidas por lo menos de 8.000 euros en mercancía perecedera que no podremos aprovechar”, afirma García, que sigue la estela de sus padres en el negocio familiar.

En la comarca vecina, en Ripoll, el restaurado­r Josep Ferrer reconocía haber perdido un 25% de los encargos entre cenas de Navidad y de Fin de Año. La Associació d’hostaleria del Ripollès denuncia que el sector se encuentra en “una situación límite” y pide ayudas económicas directas para los locales cerrados, que deberían suponer como mínimo el 70% de la facturació­n del año anterior o cubrir todos los gastos empresaria­les. También los empresario­s de la Cerdanya exigen compensaci­ones.

Tras este alud de quejas, la Generalita­t ha reaccionad­o poniendo en marcha ayudas directas a los sectores más afectados por la medida en las dos comarcas. En concreto, el Govern aprobará la semana próxima una primera transferen­cia de 4,3 millones de euros destinados al comercio, el turismo y la restauraci­ón. “Junto con salvar vidas, tenemos que proteger puestos de trabajo y el Govern se ha puesto en marcha”, ha dicho el vicepresid­ente y conseller de Economía, Pere Aragonès.

La percepción del sector turístico sobre la medida del Govern es que “es más fácil cerrar a los receptores que a la gente que se mueve”. “No son valientes como para cerrar Barcelona”, decía una hotelera. Ayer muchos vecinos con segunda residencia en la zona optaron por regresar a su ciudad de origen. Otros intentaban colarse en estas dos comarcas sin éxito. Se formaron largas colas tanto para entrar como para salir.

AYUDAS A LOS MÁS AFECTADOS La Generalita­t anuncia transferen­cias de 4,3 millones a comercio, turismo y restauraci­ón

MUCHAS ANULACIONE­S Ayer se formaron largas colas para acceder a la Cerdanya y también para salir

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XAVI JURIO
 ?? XAVI JURIO ?? Control de los Mossos d Esquadra en el túnel del Cadí
XAVI JURIO Control de los Mossos d Esquadra en el túnel del Cadí

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