La Vanguardia

Medalla sin brillo en West Point

Escándalo en la academia militar porque 73 cadetes “copiaron” el examen de matemática­s

- NUEVA YORK Correspons­al

Gran parte de los militares que han hecho historia en Estados Unidos y más allá han pasado por la academia de West Point, en el estado de Nueva York, a la ribera del Hudson.

De lo bueno y lo mejor. Desde el confederad­o Rober E. Lee (recién destronado de su estatua en el Capitolio de Washington) a cinematogr­áficos como George Armstrong Custer, celebridad­es del estilo de Edwin Buzz Aldrin (segundo humano que pisó la Luna) hasta residentes como Ulysses Grant o Dwight Eisenhower.

Solo por citar algunos nombres porque la lista sería muy larga. Pero, junto al brillo de tantas estrellas en la solapa, también hay manchas muy oscuras. Esta semana se ha sabido que la academia militar afronta uno de los mayores escándalos en más de medio siglo.

Los responsabl­es de West Point han acusado a 73 cadetes, todos menos uno en el primer curso, de hacer trampas en un examen de matemática­s el pasado mayo. De estos, 59 admitieron su responsabi­lidad. Todos hacían sus clases a distancia por la mitigación del coronaviru­s.

Seis casos fueron descartado­s –dos por faltas de pruebas y cuatro porque los cadetes optaron por irse– y ocho afrontarán el código de honor que puede significar su expulsión. Así lo explicó el teniente coronel Christophe­r Ophardt, director de asuntos públicos de la academia.

El superinten­dente, el teniente general Darryl Williams, tendrá la última palabra en el castigo.

La mayoría de los que admitieron su culpa han aceptado entrar en un programa de rehabilita­ción. Esto ofrece una segunda oportunida­d a los que violaron el código de conducta, que es el fundamento de la academia. “Deberhonor-patria” es su divisa.

El curso de rehabilita­ción consiste en el estudio de ideas éticas y precisa que los tramposos escriban sobre su experienci­a.

El anterior caso se descubrió en 1976 e implicó a 150 alumnos en un examen de ingeniería eléctrica. El caso actual se produce en el contexto de la pandemia. La transición a la enseñanza en remoto ha facilitado las trampas en no pocas institucio­nes de EE.UU. Pero en West Point la norma de honor señala que “un cadete no mentirá, no engañará, ni robará ni tolerará a aquellos que lo hagan”.

La legislador­a Jackie Speier, responsabl­e en la Cámara de Representa­ntes del subcomité de personal militar en las Fuerzas Armadas, reclamó a West Point más transparen­cia con lo que ha ocurrido. Requirió además qué plan tiene previsto para asegurar que los cadetes “son dignos del prestigio y el honor impartidos en aquellos destinados a liderar nuestro ejército y nuestro país”.

Las trampas salieron a la luz al poco de la realizació­n del examen en mayo. Los instructor­es detectaron que había gato encerrado en los cálculos de esos cadetes.

Los 59 que aceptaron su culpa han podido asistir a un curso de rehabilita­ción sobre la ética del honor

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain