Trump camina hacia la irrelevancia
Donald Trump, en sus últimas semanas como inquilino de la Casa Blanca, no solo hace el ridículo sino que ha caído en la más absoluta irrelevancia. Su rechazo al plan aprobado por el Congreso de EE.UU. el lunes para inyectar 900.000 millones de dólares a las empresas y familias del país, después de meses de bloqueo por los republicanos, no ha tenido ningún impacto negativo en Wall Street. Los inversores parecen haber ignorado la citada decisión del aún presidente de Estados Unidos, pese a que su firma es necesaria para que dicho plan entre en vigor. El presidente electo, Joe Biden, en cualquier caso, ya ha anunciado que tan pronto asuma su mandato el próximo 20 de enero impulsará incluso un plan más ambicioso para intentar reactivar la economía y el empleo.
Trump ha pedido que se le mande un nuevo plan anticrisis, con más ayuda para las familias, y señala, textualmente, que “si no es así, el proyecto pasará al presidente de la nueva Administración, que podría ser yo”. Sea una broma o no, esta afirmación refleja que aún se resiste a reconocer su derrota electoral.
Lo cierto es que Trump ha perdido todos los recursos judiciales que ha presentado por posible fraude electoral, que en ningún caso ha podido ser probado, ni siquiera en los tribunales cuyos miembros fueron nombrados a propuesta suya. Cada vez está más aislado, tanto en el país como internacionalmente, aunque sin embargo todavía estudia alternativas para intentar mantener la presidencia. Entre los seguidores más cercanos a Trump, en este sentido, se ha llegado a proponer el establecimiento de la ley marcial y ceder el poder ejecutivo y legislativo a las fuerzas armadas para que organicen una nueva elección presidencial que resuelva las dudas sobre los resultados que ha planteado Trump. Pero él mismo desmintió lacónicamente esta información señalando que es una fake news (noticia falsa). Es significativo, en cualquier caso, que ningún político republicano de importancia haya criticado la idea de recurrir a la ley marcial. Solo el líder republicano en el Senado, Mitch Mcconnell, ha reconocido la derrota de Trump.
La duda que flota en el ambiente es qué espera el actual presidente para admitir la victoria de Biden en lugar de mantenerse atrincherado en la Casa Blanca. Ahora, con la llegada de las vacunas contra la Covid-19, tendría la oportunidad de capitalizar este hecho y abandonar la presidencia por la puerta grande. Pero entre sus seguidores más fieles y radicales aún alimenta la esperanza de alguna maniobra para cambiar el veredicto de las urnas. Algunos dicen que Trump empeora a medida que se acerca el 20 de enero, como comentó su exasesor de seguridad nacional, John Bolton. “Pero no es cierto –añadió–. Tiene el mismo comportamiento de siempre, que se repite una y otra vez”. En cualquier caso, lo que parece evidente es que, con su actitud, Trump camina hacia la irrelevancia y el desprestigio personal después de una errática presidencia que la Covid-19 ha hundido.
El todavía presidente de Estados Unidos está cada vez más aislado nacional
e internacionalmente