La disputada herencia de Camarón frena la apertura de su museo
Este mes habría cumplido 70 años y su leyenda, casi treinta después de su desaparición, no deja de crecer. La legión de devotos de José Monge Cruz, Camarón de la Isla, sigue a la espera de que, por fin, se abra el museo en su localidad natal de San Fernando para rendir homenaje a uno de los más grandes cantaores de todos los tiempos.
Nubarrones negros han venido a cubrir, sin embargo, el horizonte de un acontecimiento que se hace esperar debido a la pandemia de coronavirus. Cuando ya estaba todo a la espera de una fecha para la apertura, la familia de José Monge, a través de un bufete de abogados de Sevilla, comunicaba que el Consistorio no cuenta con la autorización de sus herederos para la utilización de la imagen ni la marca del cantaor.
La familia, que ha cedido cientos de objetos pertenecientes a Camarón, asegura que el Consistorio no ha firmado la cesión de los derechos de explotación cuyo consentimiento se recogía como “imprescindible” en el convenio firmado en 2014 entre ambas partes. “El Ayuntamiento intenta aparentar de que dispone de los derechos de marca de Camarón cuando no es así”, aseguran. El Ayuntamiento defiende que “ha actuado hasta el día de hoy bajo los términos establecidos en el convenio firmado” en concreto con su pareja Dolores Montoya, La
Chispa, y que establece “de forma clara las condiciones de depósito y exhibición del legado y bienes de Camarón, así como la contraprestación económica a los herederos de 2.500 euros al mes desde ese mismo momento y durante 50 años”.
“Se trata de una cantidad que se ha pagado sin falta desde entonces y hasta la fecha, a la que se actualiza el IPC anualmente, y que en estos momentos suma un total de 180.000 euros abonados pese a que el espacio expositivo aún no ha abierto sus puertas”, insiste el Ayuntamiento.
Desde hace un tiempo, la familia se queja de la proliferación de imágenes del artista en todo tipo de objetos sin que ellos reciban nada. Gema Monge, hija del cantaor y de La Chispa, reprocha que se vendan relojes o calcetines por internet con la efigie de su padre, pero sin royalties a favor de sus herederos. Ahora, la familia amenaza con actuar “contra todo aquel que esté haciendo un uso ilegal de la marca Camarón o Camarón de la Isla sin la correspondiente licencia de uso”. Una amenaza que también incluye al Ayuntamiento de San Fernando si pone en marcha el museo antes de que se solucione este conflicto inesperado.