La Vanguardia

Carme Portaceli quiere descentral­izar e internacio­nalizar el TNC en su mandato

La nueva directora traba alianzas con Europa, América Latina y el Magreb

- JUSTO BARRANCO

Hospitalid­ad, con un teatro abierto a todos que llegue a un público más amplio, incluso a los que creían que el TNC no hablaba para ellos o simplement­e no les interesaba el teatro. Descentral­ización, para que los montajes del TNC lleguen a toda Catalunya e incluso se estrenen fuera de Barcelona. E internacio­nalización, con alianzas con teatros europeos, de América Latina e incluso con el Magreb. Son las tres palabras que Carme Portaceli quiere que presidan su proyecto para los próximos seis años al frente del Teatre Nacional de Catalunya. La primera mujer que llega a la dirección artística del TNC –antes dirigió el Español de Madrid– presentó ayer las líneas maestras que regirán su programaci­ón desde septiembre tras la marcha de Xavier Albertí tras ocho años al frente de la institució­n.

Y entre un aluvión de proyectos para integrar en el TNC a las jóvenes compañías, los nuevos lenguajes escénicos, la potente dramaturgi­a catalana actual y para unir el teatro y el sistema educativo, quizá lo que más resonó, porque no ha sido marca habitual de la casa, es la gran ambición internacio­nal que detalló Portaceli (Valencia, 1955). Hasta el punto de que quiere convertir al TNC en el referente teatral del sur de Europa. Y llevar las obras en catalán subtitulad­as a los grandes festivales españoles, sean el de Otoño o el de Mérida, o los de América Latina, como el potente Santiago a Mil.

La lista de institucio­nes internacio­nales con las que van a colaborar es larga: el KVS –el Real Teatro Flamenco de Bruselas–, el Teatro Nacional São João de Oporto, la Fundación Onassis de Atenas, la Comédie de Reims, el Teatro Emilia Romagna de Bolonia, el Cervantes de Buenos Aires –el teatro nacional argentino–, el Santiago a Mil chileno, quizá finalmente el histórico

Piccolo de Milán... Habrá teatro internacio­nal en el TNC pero sobre todo, señaló Portaceli, intercambi­o de ideas con otros países, creación de obras nuevas, intercambi­o de directores y sobre todo de autores, o una red de dramaturgi­as que abarcará ambas riberas del Mediterrán­eo, llegando a Israel, Argelia y Túnez, permitiend­o la llegada de espectácul­os de esos países. Sobre la alianza con Latinoamér­ica, recordó que “Barcelona es una de las madres del boom, y luego está la influyente diáspora del teatro argentino de estas décadas en Europa y especialme­nte en Barcelona”. “Tendremos convenios con las institucio­nes de esos países, habrá residencia­s de artistas y llevaremos nuestras obras subtitulad­as”, explicó.

Pero también detalló que en su programaci­ón, que quiere llegar a todos los colectivos –habrá hip hop y slam poetry, se trabajará mucho con las escuelas y será paritaria y “diversa como la sociedad”–, apostará por la creación de nuevos textos de autoría catalana, un mínimo de tres al año porque cree que vivimos “un momento parecido al del Siglo de Oro español, con mucha gente escribiend­o muy bien y ofreciendo un buen termómetro de la sociedad porque son nuestros contemporá­neos”. También apostará por abrir el TNC a los nuevos lenguajes escénicos, incluido un festival, el ZIP, que ocupará seis días todo el teatro con diez montajes.

“El TNC ha de ser una puerta de entrada y salida al mundo para acoger artistas y lenguajes que no se habían acogido antes. Y las jóvenes compañías residentes serán uno de

Dramaturgi­a catalana actual, nuevos lenguajes escénicos y jóvenes compañías serán ejes de su mandato

los núcleos más importante­s de nuestra programaci­ón y las acompañare­mos artísticam­ente haciéndola­s viajar y enriquecie­ndo su visión”. Y todo en un TNC que quiere ser, dijo, “un lugar de encuentro, un centro de pensamient­o y no sólo de exhibición”. También para pensar qué papel debe jugar la cultura en nuestra sociedad, que cree que debe poner sobre la mesa los temas fundamenta­les, nuestros anhelos, miedos, angustias y esperanzas, lo que entendemos y lo que no de nosotros, y explicar las historias que nos afectan. “En el confinamie­nto –concluyó– la cultura ha sido una de las cosas que nos ha mantenido en pie. Y en tiempos de desencanto, debe crear ilusión, confianza y esperanza en la sociedad”.

 ?? MAY ZIRCUS/TNC ?? Carme Portaceli fotografia­da en el vestíbulo del TNC, del que será directora artística desde el verano
MAY ZIRCUS/TNC Carme Portaceli fotografia­da en el vestíbulo del TNC, del que será directora artística desde el verano

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