“Matan a más ecologistas en el Amazonas que nunca”
Hagan la prueba: vayan ustedes a un noruego y díganle: Mengele Zoo. La amplia sonrisa que se dibujará en su rostro será indicativa de que este libro de Gert Nygårdshaug (Tynset, 1946) es, para ellos, más que una novela. Fenómeno editorial nórdico, que obtuvo el premio de los libreros y fue elegida libro más importante de las últimas décadas por los lectores, llega ahora a nuestras librerías –de la mano de Nórdica/capitán Swing y Cossetània– tardíamente, pues la edición original se remonta a 1989 aunque ha dado origen a una serie que cuenta ya con cinco libros, el último del 2018. El protagonista de esta primera entrega es Mino, nativo de la selva amazónica, coleccionista de mariposas, que ve cómo los intereses de las grandes corporaciones destruyen todo aquello que más quiere, empezando por su padre. El lector asiste a su crecimiento como viajero, buscavidas, mago y amante, y a su posterior formación de un simpático grupo terrorista global. A las ocho de la mañana, tomando un te antes del desayuno, desde la biblioteca de su domicilio en la ciudad de Lier, Nygårdshaug responde por correo electrónico a este diario.
¿Cuál fue su primera idea?
Me vino durante mi primer viaje al Amazonas, donde fui a investigar el asesinato del activista Chico Mendes, defensor de la selva tropical. Permanecí allí tres meses, y luego sentí que tenía que escribir todo lo que había vivido.
El lector, incluso el más pacifista, simpatiza con las acciones terroristas del grupo. ¿Por qué? ¿Por el tono humorístico? ¿Por la atmósfera como de fábula?
Porque Mino lucha por una causa justa y porque ha sufrido mucho dolor en su infancia y juventud. Pero sí, tal vez el factor fábula es clave.
La obra tiene treinta años pero parece escrita hoy: destrucción del medio ambiente, los largos tentáculos de las corporaciones... ¿Le sorprende su vigencia?
Pues sí, estoy sorprendido. Pensaba que los líderes políticos mundiales entenderían la importancia de cuidar los biotopos básicos del planeta. Pero, desgraciadamente, la cosa ha ido a peor. Hoy se quema cuatro veces más selva tropical que hace veinte años. Es muy triste.
Parece un libro escrito por un latinoamericano, no un noruego.
Gracias, lo tomo como un cumplido. Soy un fan de los narradores latinoamericanos y su uso del realismo mágico. Intento hacer eso.
La novela tiene humor pero también épica.
Mezclarlos era importante. Es mi manera de seducir al lector y obligarle a pasar páginas hasta el final.
¿Cómo definiría a Mino?
Es un joven traumatizado por sus experiencias de la infancia, cuando vio cómo asesinaban a su familia y destruían su pueblo. Su trauma le lleva a buscar venganza. Y lo consigue. Se convierte en terrorista.
Tiene algo de dickensiano y de Conde de Montecristo.
Es una aguda observación. Son referentes que reconozco.
La segunda parte de este primer libro tiene mucho de thriller, con un montón de posibles spoilers, además.
Intento que el contenido sea emocionante, pues es importante que mi mensaje se difunda entre cuantos más lectores mejor.
Los cuatro terroristas practican el amor libre, respetan la naturaleza, son alegres... ¿Una especie de hippies asesinos?
Viven en su burbuja. Son felices cuando están juntos y coinciden en su afán de venganza. Las dos mujeres tienen mucha conciencia política, no juegan un papel secundario en relación a sus compañeros masculinos sino que son sus iguales.
Las escenas violentas son brutales, muy plásticas. Parece que disfrute escribiéndolas...
Para nada, no disfruté escribiendo esta novela, yo soy un pacifista. Cuando la acabé, me di cuenta de su brutalidad pero, por desgracia, la realidad en el Amazonas es aún más brutal. Y ha empeorado. La Rainforest Foundation tiene muchos informes que documentan genocidios y homicidios que se están cometiendo hoy. Me apena decirle que este año 2020 se han asesinado a más activistas medioambientales en el Amazonas que en los últimos años. Más que nunca, y quedan impunes.
¿Cómo fue su investigación para estas novelas?
Viví varios meses con las tribus locales en la selva amazónica. Estuve allí muchas veces a lo largo de los años 90.
¿Cómo pasa sus días?
Escribo unas pocas horas por la mañana, luego trabajo en el jardín y bebo un poco de vino. A veces me voy a pescar a las montañas. En invierno, normalmente, cuando se podía viajar, me trasladaba a España para disfrutar de su comida, sus vinos... y seguir escribiendo.
REFERENTES “Soy fan del realismo mágico y mi personaje busca venganza como el conde de Montecristo”
SOBRE EL TERRENO “Para documentarme, viví varios meses con las tribus locales en la selva amazónica”