Heurtel, el gran engaño
La solución al divorcio entre el Barça y el francés debe llegar en las próximas horas
EL ESCOLLO
El club no quiere abonar una cantidad alta por resolver el contrato del base si se va al Madrid
LLAMADA DEFINITIVA
El Barça habló el martes con el agente del jugador y sus respuestas evasivas confirmaron sus sospechas
47 años después, El golpe estuvo a punto de volver a producirse. Pero esta vez ni Paul Newman ni Robert Redford manejaban los hilos. Thomas Heurtel y su agente, el reputado Misko Raznatovic, son los que habían orquestado el gran engaño para abandonar el Barça y fichar por el Real Madrid sin que se enteraran en el Palau. A diferencia de lo que ocurrió en la ficción, la víctima, en este caso el club, no cayó en la trampa. Aunque estuvo a punto.
El divorcio entre el Barça y Heurtel es total y ahora solo queda esperar una rápida resolución del asunto. Las conversaciones fueron muy intensas a lo largo del día de ayer y las partes confían en alcanzar un acuerdo en las próximas horas. Pero nada tendrá que ver con el que estuvo a punto de llevarse a cabo, en el que el francés abandonaba Barcelona con el bolsillo lleno. Incluso con la opción de fichar por el Madrid ya sobre la mesa, el jugador sigue queriendo cobrar una buena parte de su contrato para irse pero el club se niega, ofreciendo una compensación mucho menor a la acordada antes de que trascendiera la aparición en escena de los blancos.
Pero para entender mejor todo lo ocurrido en las últimas horas, digno de Hollywood, es mejor empezar por el origen de todo. La historia del deporte está llena de desencuentros entre entrenadores y jugadores talentosos y el de Jasikevicius y Heurtel no deja de ser uno más. El base francés es un jugador desequilibrante, capaz de decidir partidos él solito, como hizo en la famosa final de Copa de hace dos años en el Wizink, pero la defensa nunca ha sido uno de sus fuertes. De ahí que al técnico lituano nunca le acabara de entrar por los ojos y no le haya dado toda la confianza que el jugador creía merecer. La situación se fue degradando poco a poco hasta que hace unas semanas fue el propio Heurtel el que pidió abandonar el club.
El jugador informó al club del interés del Fenerbahçe y las negociaciones fueron relativamente sencillas. El Barça aceptaba pagarle una parte del sueldo que le restaba por cobrar y con lo que se ahorraba podía traer un sustituto –el nombre de Westermann ocupa el primer lugar de la lista–. Nada raro hasta el momento.
En una decisión consensuada por todas las partes, y ante la inminencia de su salida, Heurtel no se vistió de corto el domingo ante la visita de la Penya. Es más, pidió viajar el lunes con el equipo hasta Estambul, donde el Barça se iba a medir al Efes, para verse en persona con Raznatovic, su agente, que estaba en la ciudad turca. Heurtel no hizo vida con sus compañeros y, en principio, se dedicó a pulir los detalles de su fichaje por el Fenerbahçe.
Pero todo se empezó a torcer el lunes por la noche cuando aparecieron algunas informaciones sobre un posible fichaje del francés por el Real Madrid. La posibilidad llegó a los responsables del baloncesto azulgrana, que decidieron reunirse el martes para analizar el nuevo escenario. Con el paso de las horas, el fantasma del Real Madrid se hizo más grande y se produjo entonces una llamada definitiva a Raznatovic, que se mostró incapaz de dar explicaciones concretas y se fue por las ramas, confirmando las sospechas de los azulgrana. Esa conversación hizo explotar todo, ya que es cuando el club se da cuenta de que le han estado tomando el pelo.
El Barça decidió entonces romper las negociaciones con Heurtel y retiró su oferta económica. La noticia sobre el interés del Madrid también llegó a oídos de Jasikevicius, siempre visceral, al que el asunto no le sentó nada bien. El club se sintió traicionado y decidió que el francés no viajase con sus compañeros en el vuelo chárter contratado. Lo que sí hizo fue reservarle una noche más de hotel y comprar un billete de vuelo regular al día siguiente. En ningún caso se le dejó “tirado” como se ha llegado a decir. Heurtel aterrizó ayer en Barcelona ataviado con el uniforme oficial azulgrana –un guiño hollywodiense más– y sin querer hacer ningún comentario. Está más fuera que dentro pero sigue siendo jugador del Barça. No por mucho tiempo.