La Vanguardia

Una blanca y amarga Navidad

Las pistas catalanas abren, pero con cierres perimetral­es en la Cerdanya y el Ripollès

- ELISABETH ESPORRÍN

El frío y la nieve vuelven por Navidad. Si bien se puede esquiar, serán unas fiestas muy distintas a las conocidas hasta ahora. El confinamie­nto comarcal de Catalunya solo permite el desplazami­ento de una burbuja de convivenci­a a otra comarca en caso de una segunda residencia o reserva de hotel, además de visita a familiares o allegados a su residencia habitual, con certificad­o de declaració­n responsabl­e.

Las restriccio­nes estarán vigentes hasta el día 6 de enero, aunque serán revisadas el 28 de diciembre según la evolución de la pandemia. En el caso de las estaciones pirenaicas del Pallars, Alta Ribagorza y Val d’aran –Baqueira, Boí Taüll, Port Ainé, Espot, Port del Comte (pre Pirineo)– y las pistas nórdicas, siguen abiertas a los esquiadore­s de cualquier comarca catalana, con aforo limitado, siempre que se tenga una reserva de hotel.

Realidad totalmente opuesta es la que viven desde este miércoles, víspera de Nochebuena, los centros invernales de las comarcas de el Ripollès y la Cerdanya. Después de diez días de apertura, La Molina, Masella, Vallter 2000, Vall de Núria y Guils Fontanera han recibido un gran revés. El precipitad­o cierre perimetral de ambas comarcas, y servicios no esenciales, dejan en ascuas a todo el sector blanco.

Cierto que las estaciones seguirán abiertas parcialmen­te para los esquiadore­s de la comarca, pero la falta de turistas pasará factura a un sector donde Navidad y Reyes representa­n el 45% del total de facturació­n de la temporada.

La medida anunciada por la conselleri­a de Sanidad este martes por la noche no dio tregua. Y es que en tan sólo dos horas, el Ripollès y la Cerdanya quedaban cerrados y sin turismo. Estaciones, hoteles, restaurant­es y otros negocios relacionad­os con la nieve se han quejado por la falta de previsión y la sensación de improvisac­ión. No en vano, la subida de los contagios de hace algunas semanas se podía haber paliado, aseguran desde el sector de la nieve, para salvar una parte de las fiestas navideñas.

Masella, al igual que el resto de estaciones y zonas próximas, reconoce que la falta de antelación hará mucho daño. Los teléfonos de hoteles y pistas echaban ayer humo para anular las reservas de pernoctaci­ón, forfaits o clases de esquí.

El sector está indignado y asegura que se va a la ruina. Las estaciones mantienen todas el aforo limitado, marcado por Salut, con la venta de los abonos únicamente online. La mayoría de hoteles no han tenido más remedio que cerrar con las neveras llenas hasta arriba para las comidas y reservas de los días festivos. Sin duda, serán las Navidades más amargas para un negocio que vive exclusivam­ente de la nieve y el deporte blanco.

EL SECTOR BLANCO, INDIGNADO Masella, La Molina, Núria, Vallter y Guils, junto al resto de negocios, se han quejado de la falta de previsión

 ?? VALL DE NÚRIA ?? Una imagen del tren cremallera
VALL DE NÚRIA Una imagen del tren cremallera
 ?? MASELLA ?? Las pistas han visto mermada la clientela
MASELLA Las pistas han visto mermada la clientela

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