La Vanguardia

Las bolsas ignoran el veto de Trump y celebran ya los estímulos y el Brexit

El lunes termina el plazo para evitar que el Gobierno estadounid­ense deje de pagar

- FRANCESC PEIRÓN Nueva York. Correspons­al

Durante cuatro años, el presidente Donald Trump ha vinculado su suerte a la de Wall Street.

Cada uno de los récords del Dow Jones los ha celebrado como si fueran propios. Este índice, tan sensible a cada uno de sus tuits, pasó por completo de la idea de Trump de boicotear la inyección de 900.000 millones de dólares del plan de estímulo para aliviar el impacto de la Covid-19.

Donald Trump está haciendo las maletas y su capacidad de influir en el mercado es cada vez más limitada. Su intención de no firmar ese nuevo plan de estímulos, tras meses de bloqueo legislativ­o, fue ignorado ayer por los inversores. Los operadores dan por hecho que el dinero llegará y que la liquidez que ha impulsado las bolsas –sobre todo, por parte de los bancos centrales– no faltará en muchísimo tiempo.

Este optimismo comprador que se ha ido sobreponie­ndo, en los meses pasados, a brotes y rebrotes del virus, se alimentó ayer por la proximidad de un acuerdo para el Brexit que se espera lograr en el último minuto de la enésima prórroga que disputan la Unión Europea y el Reino Unido. El Ibex recuperó los 8.000 puntos después de subir un 1,8%, la mayor alza de entre las principale­s bolsas europeas. Frankfurt, Milán y París avanzaron más de un 1% y Londres, que no había caído tanto en los días precedente­s, se anotó un 0,7%.

En el otro lado del Atlántico, Wall Street siguió con el buen tono que le ha llevado a encadenar récord tras récord este año.

El Dow Jones continuó con su tirón, creciendo más de 250 puntos a primera hora de la tarde, un porcentaje de cerca de 1%, aunque al final se quedó con un alza del 0,38%, a pesar de la última ocurrencia de Trump al no firmar ese plan.

En la propuesta se incluyen cheques directos de 600 dólares para los que ingresan un máximo de 75.000 anuales, una ampliación de 300 dólares semanales por desempleo hasta marzo y más de 300.000 millones en ayudas a pequeños negocios.

Por ahora, en medio de la confusión, Trump se niega a dar el visto bueno si no se sube a 2.000 dólares por persona. Esta idea ataca la línea de flotación de los republican­os, su partido. Steve Mnuchin avaló esos 600 dólares y aseguró, en cuanto se aprobó la noche del lunes en el Congreso, que la próxima semana llegarían los primeros cheques. Esta ayuda es más que necesaria en un país donde este miércoles las peticiones de subsidio de paro semanales siguieron por encima de las 800.000 y de que se ha frenado el consumo después de un grave repunte de la pandemia.

Todo ha quedado en el limbo, a pesar de que la Casa Blanca había dado señales de que el presidente rubricaría esa legislació­n, que va en conjunto con los 1,4 billones para financiar el Gobierno y evitar su cierre administra­tivo.

Si la falta de plan por idea de Trump, vista más como castigo a sus colegas republican­os que han reconocido la victoria de Joe Biden, no afectó a Wall Street y las bolsas globales, el efecto en Estados Unidos puede ser grave y arrastrar a los mercados.

Su oposición a esta legislació­n, más de 5.000 páginas en la que se incluye los estímulos y la financiaci­ón administra­tiva, amenaza con arruinar los beneficios de millones de desemplead­os y plantea el peligro del cierre del Gobierno. La fecha límite para evitar que el Ejecutivo no pueda afrontar las facturas es a la medianoche del próximo lunes.

Cuelga el interrogan­te. La demócrata Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representa­ntes, recogió el guante de inmediato. Recordó que su grupo está más que de acuerdo con subir a 2.000 dólares y que en la reunión de este jueves podrían aprobar por consentimi­ento esa propuesta, si va en serio.

El problema es que los conservado­res, incluso Kevin Mccarthy, jefe de la mayoría republican­a en esa cámara y gran trumpista, se niegan a incrementa­r el gasto.

El presidente expresó su oposición en un vídeo de cuatro minutos, manipuland­o lo que se incluye en el plan y lo que no. Se ha considerad­o más bien un arrebato que una política bien calculada.

HACIENDO LAS MALETAS La influencia del presidente en los mercados es cada vez menor

EL RIESGO

La oposición al acuerdo amenaza a millones de desemplead­os

Mientras que no explicitó si está dispuesto al veto o simplement­e rechaza firmarla, Trump dijo que “la próxima administra­ción deberá sacar adelante el paquete de ayudas de la Covid-19”, si el Congreso no le enviaba una versión revisada a su gusto.

Cualquier retraso en que la propuesta se convierta en ley representa una amenaza de ruina financiera para unos ciudadanos que ya están muy apurados.

La extensión de los beneficios de paro daría cobertura a doce millones de trabajador­es. La provisión actual expira este sábado.

Los 1,4 billones para los gastos del Gobierno ofrecen cobertura hasta el próximo 30 de septiembre, cierre del año fiscal. El Ejecutivo puede bajar la persiana el martes. Supondría dejar sin salario a miles de funcionari­os federales y la posibilida­d de quedarse sin hogar al no poder afrontar los alquileres o las hipotecas. Además, empresas proveedora­s del Gobierno no cobrarían. Si Trump se decide por el veto, las dos cámaras podrían convocar plenarios para aprobar medidas que dejaran sin efecto la decisión del presidente.

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Escasos pasajeros en Union Station, en Washington
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KEVIN LAMARQUE / REUTERS

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