‘Sabardenyes’ contra la crisis
La Manual Alpargatera fusiona su popular calzado con la clásica zapatilla de abuelo de ir por casa para despertar las ventas y poder sobrevivir
El azote de la Covid-19 ha puesto contra las cuerdas a gran parte del comercio del centro de Barcelona. La Manual Alpargatera, una de sus tiendas más conocidas en el mundo, ubicada en el Gòtic, en la milla de plomo más castigada por la coronacrisis –su facturación ha caído más de un 80% respecto al 2019– trata de sobrevivir reinventando, una vez más, el artículo que le da nombre, la espardenya (alpargata) catalana. Y para ello la ha fusionado con otro calzado de toda la vida, las zapatillas (sabatilles) de abuelo de ir por casa, dando lugar a la sabardenya, (en castellano sería zapargata, pero la denominación oficial es en catalán). Con ella pretende dar un empuje a las ventas en invierno, la época más baja para un negocio muy dependiente del turismo y, además, tradicionalmente dedicado a un producto veraniego.
La sabardenya, en cuya creación han colaborado Sergio Oca y Edu Mas, “es un concepto surgido de la situación que estamos viviendo”, explica Joan Carles Tasies, propietario de este negocio de la calle Avinyó, incluido en el catálogo de comercios emblemáticos de la ciudad. “Para animar a comprar espardenyes en estas fechas hacía falta volver, una vez más, a reinventarlas –prosigue–. Y por suerte, esto siempre lo hemos hecho y no tenemos la intención de dejar de hacerlo. ¡Somos como una start-up de 80 años!”.
La pandemia y los confinamientos de este fatídico 2020 tienen mucho que ver con las sabardenyes. “Están hechas para recordarnos lo que nos encanta hacer cuando estamos en nuestro hogar”, explica el propietario de la tienda. Y para darles un nuevo aire, añade, “se pueden personalizar con una selección de palabras que recuerdan con humor y amor los momentos cotidianos o rituales clásicos que vivimos cuando estamos en casa”.
Ideas no le faltan a Tasies para salvar su singular negocio, fundado en 1940. “La situación es muy delicada –explica–, invertimos mucho para que este 2020 fuese grande y preveíamos aumentar la producción, para lo cual contábamos no solo con nuestro taller de Horta, el último de este tipo de calzado artesanal que queda en Barcelona, también con entidades de inserción laboral para así hacer, al mismo tiempo, una labor social”. En la última Design Week presentó la Respardenya, la línea de espardenyes recicladas con tejido de tejanos de la ciudad, una apuesta por la economía circular, que se venden por encargo para no generar stocks.
“También estamos preparando un crowdfunding con donaciones, compra de tarjetas con valor añadido y otras formas de aportar –continúa Tasies–; a ver si podemos llegar a primavera y sobrevivir”. Y lo dice no solo por ellos –la familia propietaria y los trabajadores) –sino por lo que La Manual Alpargatera representa para Barcelona, “con un producto local, entrañable, próximo, nuestro, confortable, creativo y con estilo, pero desenfadado, como lo es la ciudad”, comenta orgulloso.
Pero pese a todos los esfuerzos, la tienda no tiene claro su futuro. Está por ver si las ventas despiertan, si los turistas regresarán… y cuándo. Cuanto más tarde, peor porque la resistencia tiene un límite. Hay otro problema, el alquiler del local, que es de propiedad municipal y que Tasies negocia con el Ayuntamiento para que rebajarlo durante esta crisis. Por ahora, en el establecimiento solo trabajan él y su esposa, y en el taller, dos personas. Hay cuatro empleados en ERTE a la espera de que las cosas vuelvan a ser lo que eran. O mejores que ahora.
La emblemática tienda del Gòtic, con 80 años de historia, ha recortado sus ventas en más de un 80%