Lo que falta en el plato
El ministro José Luis Ábalos es un sanchista de primera hora y uno de los principales colaboradores del presidente tanto en el partido (secretario de organización) como en el Gobierno (el importante Ministerio de Transportes). Por tanto, hay que leer atentamente las reflexiones que hace a nuestro compañero Juan Carlos Merino en la entrevista que hoy publicamos. Además, Ábalos tiene la buena costumbre de ir al grano y no divagar en exceso. Así, defiende la necesidad de ahondar en la desinflamación del conflicto en Catalunya y expresa toda clase de frases en idéntica dirección: “Hay que coser las heridas”, “romper los candados”, “construir puentes” y “soldar la fractura social y política”. Pero ya se sabe, como dice el dicho popular, que el infierno está empedrado de buenas intenciones. Y en Catalunya hace mucho tiempo que la ciudadanía espera algo más que buenas palabras por parte del Gobierno. Que la estrategia del PSOE es diferente a la del PP y que ha hecho gestos para sentar las bases de un diálogo es evidente pero la gran duda es si este mensaje pacificador ha calado en el electorado catalán antes del 14-F.
El gran argumento de los independentistas contra el gobierno es justamente ese. A Carles Puigdemont, por ejemplo, le gusta explicar una metáfora culinaria para concluir que no hay ninguna diferencia entre el PP y el PSOE. “Cuando vas a comer al restaurante del PSOE te ponen un mantel de lino, te sacan la vajilla buena y la cubertería de plata. En cambio, en el del PP no tienen ni mantel y los platos y los cubiertos son de plástico. El trato es muy diferente, pero cuando vas a comer, al final te encuentras lo mismo en los dos sitios: en el plato no hay nada de nada”.
Llenar el plato de cosas sin que genere un problema en otros puntos de España es, sin duda, el gran problema nacional. El tema pendiente, antes de abordar cualquier otro asunto, es la situación de los presos. En este sentido, Ábalos se muestra abierto a la opción de los indultos al afirmar que tienen la obligación moral de aliviar tensiones. Cuando esto se produzca habrá un antes y un después sobre la solución al conflicto. Es lo primero que hay que poner en el plato.