Ideas para mítines con mascarilla
Las restricciones por la Covid-19 complican el guion de las campañas electorales; ante la del 14-F los partidos tendrán que ser más creativos que nunca
Sin autocares en la puerta, sin bocadillos, sin banderolas, sin selfies con el candidato, sin cánticos, ni la música atronadora que inunda el pabellón y obliga a gritar, sin esa hermandad que es ir a un mitin y mostrar que el partido está fuerte, está unido y quiere ganar. Así será la campaña catalana, que arranca esta semana, una vez firmada la convocatoria del 14-F, con las estrictas limitaciones de la Generalitat por la Covid-19. Prohibidos los baños de masas, los partidos tendrán que ser creativos y renovar el guion de las campañas para llegar a sus votantes. Porque ningún candidato va a renunciar a estar en la calle, aunque sea sin poder estrechar manos.
“Los mítines van a existir siempre, son un elemento clave de las campañas electorales, para motivar a los que asisten y para generar contenido para los medios, para el partido y para las redes sociales. Pero necesitan un cambio, hace años que prácticamente no se ha modificado nada –subraya Diana Rubio, politóloga, consultora de comunicación política y experta en protocolo y campañas–. Quizás ahora es el momento perfecto para que los partidos demuestren que saben adaptarse a las circunstancias.”
Los mítines se amoldarán a las restricciones de la pandemia, que ya ha transformado otras liturgias y escenarios de la política, imponiendo las videoconferencias, la distancia física, la mascarilla, o los aforos reducidos. La Generalitat, en las instrucciones para la campaña de las elecciones al Parlament, que oficialmente arranca el 29 de enero
DIANA RUBIO
“Espero que los partidos aprovechen los nuevos formatos, tengo curiosidad por ver qué hacen en Tiktok”
SERGI BELBEL
“Me gustaría ver un mitin con candidatos de diferentes ideologías, quizás iría gente a la que hay que convencer”
aunque ya está en marcha, emplaza a fomentar actividades telemáticas o, en su lugar, actos al aire libre –mejor que en espacios cerrados–, con aforo limitado, registro de asistentes y sin cánticos ni gritos, con la obligación de llevar siempre la mascarilla, incluso los oradores durante su intervención, para concienciar. También se pide evitar las visitas a mercados y paseos por la calle que permitían a los candidatos acercarse a sus votantes.
“En estos meses hemos hecho una transición tecnológica intensa, hay muchas posibilidades, pero esta campaña está marcada también por la crisis. Tendrán que ser creativos, pero austeros”, apunta Rubio.
Entre las opciones viables, esta experta en campañas propone escenarios virtuales, con pantallas para conectar al candidato con un grupo de ciudadanos, como hace la Comisión Europea en los diálogos con comisarios, con un periodista que hace de conductor y va dando paso a las preguntas, señala. Otra posibilidad es conectar varios actos simultáneos mediante pantallas para que los asistentes a uno de ellos sigan también el resto, como hizo el PP en la campaña gallega, en julio. Y otra propuesta son los e-walls, una trasera virtual, con el eslogan, para centrar la atención en el candidato. “Lo que no veremos será hologramas de candidatos que se proyectan en distintos escenarios a la vez –vaticina–, es impactante pero caro”.
Los vídeos son otra vía para trasladar mensajes, pero Rubio aconseja asesorarse por especialistas. “Y habrá campaña en las redes sociales, pero tienen que conocer el idioma de cada formato, y no olvidar los nuevos. Tengo curiosidad por ver qué hacen en Tiktok”, añade.
Las herramientas audiovisuales ayudan, pero el alma de una campaña son los candidatos. Desprovistos de la parafernalia del mitin tradicional, sus dotes comunicativas serán más importantes que nunca. “Un mitin tiene mucho de acto teatral, utilizan elementos escénicos aunque la parte textual falla a veces –asegura el autor y director de teatro Sergi Belbel–. Pero han innovado poco, lo pienso desde hace años. Me gustaría ver ideas atrevidas”.
Creatividad y optimizar recursos, resume. “La tecnología digital ayuda a hacer cosas vistosas con poco dinero. Y con las luces led podemos crear elementos que nos resuelven escenografías”, asegura.
Belbel señala que los mítines son poco originales, quizás porque los asistentes ya están convencidos. Y propone hacer debates de dos o tres candidatos de partidos distintos, pero no en la televisión sino con público. “O un mitin de tendencias diferentes, a lo mejor ahí iría gente a la que hay que convencer. Por supuesto, un debate educado y más dialéctico, en lugar de un acto de partido”.
Cualquiera que sea el formato, la campaña no será de guante blanco. Los partidos van a tensar al electorado para que vaya a votar. Quedan siete semanas de alto voltaje.