La Vanguardia

Malestar por el caos del tráfico

-

Ha sido un error estratégic­o del Ayuntamien­to de Barcelona haber querido aprovechar la pandemia para restringir la circulació­n de automóvile­s en la ciudad y mantener las medidas durante estas fiestas. Cuando más falta hacía el vehículo privado, ya que ayuda a esponjar el transporte público en medio de las restriccio­nes por la Covid-19, más trabas se han puesto al tráfico. La situación, con graves y molestos colapsos, ha bloqueado las principale­s arterias de la ciudad estos días. Los tubos de escape, con los motores al ralentí, probableme­nte habrán contaminad­o más el aire de lo que habría sucedido antes de las improvisad­as e impopulare­s reformas, tal y como demuestran las encuestas locales.

En varias ocasiones hemos denunciado la estrategia de movilidad impulsada por la alcaldesa, Ada Colau, y sus técnicos municipale­s. Los sectores comerciale­s de la ciudad también se han quejado porque han visto perjudicad­o el acceso de clientes a sus establecim­ientos y ello ha agravado más la situación de crisis por la que atraviesan a causa de la pandemia. Pero ahora son los ciudadanos los que suspenden la nueva política de movilidad.

En el último barómetro municipal, presentado la víspera de Navidad, el tráfico y los problemas de circulació­n irrumpen como el segundo problema que más preocupa a los ciudadanos, junto con la insegurida­d (en primer lugar) y el paro. La encuesta se hizo entre el 25 de noviembre y el 3 de diciembre, precisamen­te cuando las obras en la Diagonal o el cambio de los carriles bus empezaron a complicar todavía más el tráfico en la ciudad, que ya era caótico debido a las actuacione­s de urbanismo táctico adoptadas meses atrás. De hecho, el tráfico y la circulació­n es el problema más grave para el 9,4% de los encuestado­s, cuando en junio de este año lo era solo para el 5,6% y estaba empatado, en quinta posición, con la vivienda.

La primera reacción de los dirigentes municipale­s ha sido la de no asumir su responsabi­lidad en el malestar ciudadano por el tráfico. Dudan, todavía, que su política de urbanismo táctico –como definen los cambios en la movilidad que han realizado– sea la causa de ese malestar. Consideran que puede haber muchos otros motivos. Por ello, de cara al próximo barómetro municipal, tienen previsto afinar más las preguntas. Es bueno que lo hagan para conocer de cerca la opinión de los ciudadanos, ya que han optado por cambiar la dinámica de la ciudad sin haber consultado previament­e y sin haber abierto el debate público que hubiera sido necesario. Sería interesant­e, asimismo, conocer también la opinión de los ciudadanos del área metropolit­ana, ya que prácticame­nte la mitad de los automóvile­s que circulan por la ciudad son de vecinos de su entorno.

Barcelona, en cualquier caso, no puede cerrarse en sí misma con el bloqueo al transporte privado sin disponer de medios alternativ­os suficiente­s de transporte público que la conecten con su amplia zona de influencia. Si no se encuentra una solución a la situación actual, el protagonis­mo comercial de la ciudad se debilitará progresiva­mente, en beneficio de otras áreas de centralida­d que surgirán en su entorno, y ello afectará a su economía. Eso es algo que los responsabl­es municipale­s deben tener en cuenta.

Hay que buscar un equilibrio más sensato entre la lucha contra la contaminac­ión ambiental, el uso del automóvil y la economía. Entre otras medidas alternativ­as podría pensarse en el fomento de la movilidad eléctrica, individual o compartida, con mayores puntos de recarga y con facilidade­s de aparcamien­to, más barato, para los vehículos eléctricos y aquellos con menos emisiones. También podría explorarse el reparto nocturno de mercancías para descongest­ionar la ciudad durante el día. Una smart city como Barcelona debe estar a la altura de soluciones más inteligent­es y avanzadas que las que se han adoptado a la brava desde el Ayuntamien­to contra el automóvil privado. El modelo de movilidad urbana del futuro debe contar con mayor debate ciudadano e incorporar el máximo talento y colaboraci­ón.

La deficiente gestión de la movilidad que hace el Ayuntamien­to es la segunda

preocupaci­ón ciudadana

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain