La situación en Catalunya no mejora a la espera de las nuevas restricciones
El número de casos es elevado y las hospitalizaciones aumentan
Aunque estos días navideños puedan ser una tregua para muchas cosas, parece que no lo son en la epidemia de la Covid-19. Los datos actualizados ayer por el Departament de Salut no apuntan a una mejora de la situación.
Con los días festivos hay que ser más prudentes al leer los datos, por el retraso de notificaciones de casos o muertes o porque se harán menos tests que en las últimas semanas. Pero con los datos de ayer en Catalunya, subían el riesgo de rebrote (365) y la incidencia (331 casos por 100.000 habitantes). Había unos 1.400 casos más que el día anterior. Entre el día 16 y el 22 hubo 13.500 casos confirmados, 1.500 más que una semana antes y el doble que la semana del 2 al 8 de diciembre.
Las hospitalizaciones también aumentaron hasta 1.592 (ya había 1.615 ingresados el día 25, según otro indicador), lo que supone cien más que a mediados de mes. En las ucis había el viernes 336 personas. Como dato de estabilidad, la tasa de transmisión, la R sigue en ligero descenso (1,16). Las muertes ya ascienden a 16.837.
El riesgo de rebrote en la Cerdanya bajó ligeramente (2.654), pero en el Ripollès subió (2.006), aunque sus R han bajado. Habrá que esperar unos días para ver si mejoran. Ambas comarcas quedaron cerradas el miércoles, porque Salut temía que su elevada incidencia colapsara los hospitales de la zona si se desplazaban allí más personas estas fiestas. El jueves, el equipo de Biocomsc de la Universitat Politècnica (UPC) que analiza la epidemia para Salut señalaba que los casos en la Cerdanya empezaron a crecer justo después del puente del 6-8 de diciembre, mientras que en el Ripollès ya crecían desde una semana antes. En una y otra comarca hubo más de 200 casos la última semana hasta el día 22. Puigcerdà seguía encabezando ayer con bastante diferencia los municipios catalanes en cuanto a mayor riesgo de rebrote (2.490) e incidencia a 14 días (2.506 casos por 100.000 habitantes, una estimación, pues el municipio no llega a los 10.000 residentes).
Según los datos, ha habido aumentos notables de casos la última semana en otras comarcas, desde el Alt y Baix Camp, el Baix Penedès o el Tarragonès hasta los dos Empordà, el Gironés, el Berguedà o el Baix Llobregat. Los datos son muy variables, en un lugar es muy elevada la incidencia, en otros la R... Las curvas de casos por grupos de edad tampoco apuntan al descenso.
El jueves, la consellera Alba Vergés ya explicó que la situación es compleja. “Hemos conseguido que el crecimiento sea lento –dijo–, pero las cifras son muy altas y nos preocupan. Lo que hagamos estos días determinará la crudeza del mes de enero”.
Mañana es el día que el Procicat, órgano gestor de la crisis, se dio para revisar las medidas de hace una semana y todo apunta a que no se esperará a que acaben las fiestas para aumentar de nuevo las restricciones.
El viernes se reunió, aun siendo Navidad, y Sergio Delgado, subdirector de Protecció Civil, tuiteaba que “los datos continuan empeorando”, a la vez que pedía “máxima prevención, evitad los encuentros de riesgo”.
Estos encuentros de riesgo pueden ser los de cualquier familia que alargue la sobremesa en una sala mal ventilada o prescinda demasiado tiempo de las mascarillas o de un grupo de amigos que se junte.
El cierre perimetral de la Cerdanya y el Ripollès, muy protestado desde los sectores económicos al ser anunciado en vísperas de las vacaciones navideñas, podría sustituirse por un cierre comarcal que afecte a toda Catalunya, como apuntó el jueves el secretario de Salut Pública, Josep M. Argimon.
No hay demasiados cambios en la Cerdanya y el Ripollès, cerradas desde el miércoles