La guinda del clásico
Real Madrid y Barça se miden en el Wizink con el futuro de Heurtel en primer plano
Thomas Heurtel no estará esta noche en el Wizink Center pero su figura sobrevolará la calle Goya prácticamente hasta la medianoche, cuando suene el bocinazo final. El futuro del base francés, que ha comprado bastantes números para teñirse de blanco, se ha convertido en la guinda de un clásico baloncestístico (21.30 h/ #Vamos) que ya tenía alicientes de sobra por sí solo para atraer la atención del público. Pero la polémica colisión entre Heurtel y el Barça, con el Real Madrid como espectador con asiento a pie de campo, ha situado al partido en primer plano mediático.
El club azulgrana y el agente del jugador francés, Misko Raznatovic, llevan desde el pasado miércoles negociando la resolución del contrato que une a ambas partes. Como suele suceder en estos casos, el aspecto económico es el principal escollo. El Barça y Heurtel, que no cuenta para Jasikevicius, ya habían llegado a un acuerdo pero cuando el club conoció el interés del Real Madrid rompió las conversaciones al sentirse engañado por su jugador. Aunque Raznatovic no parece muy dispuesto a aceptar una considerable rebaja en la oferta azulgrana, el Barça sí confía en poder cerrar un acuerdo con cierta rapidez y pasar página a un asunto que le ha explotado en las manos por el episodio del polémico viaje de vuelta de Estambul.
Heurtel recibió el permiso de la entidad para no entrenar ni el día de Nochebuena ni el de Navidad con sus compañeros y, por supuesto, ayer no se subió al avión de la expedición azulgrana rumbo a Madrid. A la espera de que se resuelva su futuro, más cerca de la capital española que del Fenerbahçe, las dos opciones que baraja, el francés hace vida aparte del resto de la plantilla.
Es ciertamente llamativo que los jugadores del Barça no se hayan pronunciado sobre la situación de un compañero como Heurtel. Tampoco lo hicieron ayer en la previa del clásico, en declaraciones a los medios oficiales del club debido a la ausencia de ruedas de prensa en las jornadas previas a los partidos de Liga.
“Sabemos lo que necesitamos hacer para ganar al Real Madrid”, se limitó a declarar Mirotic, elegido para hablar ante un nuevo regreso a la que fue su casa. Tampoco Jasikevicius opinó sobre el francés, un jugador en el que no ha confiado desde el principio y, todo sea dicho, nunca se ha escondido de ello. “Es un reto apasionante que nos llega por primera vez tras unos días que hemos podido cargar pilas”, se congratulaba. Sobre la ausencia de Heurtel en el avión oficial de regreso a Estambul, ni mu. De hecho, las únicas palabras sobre el base en la jornada previa llegaron desde Madrid. “No sé si va a jugar, es una situación del Barcelona pero qué duda cabe que es un jugador que siempre nos ha dado muchos problemas pero no solo él”, declaraba Pablo Laso, técnico blanco.
El posible fichaje de Heurtel por el Real Madrid paliaría en cierta medida la salida de Facundo Campazzo, ya en los Nuggets de la NBA. Aunque a pesar de haber sido un jugador capital en los éxitos del equipo de Laso, desde que el argentino cruzó el Atlántico los números del conjunto blanco impresionan. Y es que más allá de ser capaz de aparcar la polémica sobre Heurtel, el reto del Barça esta noche ante su máximo rival puede provocar vértigo.
El Real Madrid ha ganado los 14 partidos de la Liga Endesa que ha disputado mientras que el Barça ya ha caído en tres. Un nuevo tropiezo convertiría el primer puesto, y la ventaja de campo en los playoffs, en una quimera. El equipo blanco afronta el clásico en uno de sus mejores momentos de los últimos años. Desde que cayó en la Euroliga en el Palau, un duelo marcado por las ausencias en ambos bandos, el Madrid ha ganado 19 de sus últimos 20 partidos. Ya sin Campazzo, solo el CSKA le ha derrotado. Ahora lo intentará de nuevo el Barça. Sin Heurtel.
MUDOS
Desde el pasado martes, cuando ocurrió todo, nadie del Barça ha dicho nada oficialmente sobre el francés
EMPEORAR LA HERIDA
El Real Madrid, invicto en sus 14 partidos de Liga, intentará aprovechar la irregularidad blaugrana