La Vanguardia

Barcelona busca nuevas vías para ganar vivienda social

La compra municipal de edificios con problemas se revela un fiasco que origina más dificultad­es

- LUIS BENVENUTY / SILVIA ANGULO XAVIER CERVERA (FOTOS)

51 adultos, 12 niños y 30 animales pasan estas fiestas bajo la amenaza del desalojo. Las pancartas de las fachadas de las viviendas de La Escocesa denuncian que el Ayuntamien­to planea dejarlos en la calle. Una vez más al gobierno de la alcaldesa Ada Colau se le atragantan los pisos que años atrás mandó comprar en su lucha contra la especulaci­ón. En el último lustro el Consistori­o se hizo con 25 edificios que suman 450 viviendas. Pero son tantos los malos tragos experiment­ados como casero que el ejecutivo municipal está buscando otros métodos a fin de incrementa­r las viviendas públicas de Barcelona. Ahora el Ayuntamien­to mira de otro modo la colaboraci­ón con el sector privado, sobre todo con fundacione­s y cooperativ­as, pero también con grandes propietari­os e inversores.

Valerian y Claudia cuentan que hace pocas semanas el Ayuntamien­to les comunicó que tenían que marcharse, que la finca está en un estado lamentable, que los bajos que ocuparon no son seguros. “Dicen que las obras del complejo de oficinas de al lado son peligrosas, por eso vibra el suelo –relatan–. Nunca supe nada del Ayuntamien­to hasta ahora. Una vez vinieron con la policía para identifica­rnos. Y ya está. Nos dieron diez días para recurrir. Vivimos aquí desde hace un año y medio. Un amigo me dijo que había un sitio libre... Estaba lleno de escombros. Tardé dos semanas en vaciarlo, y luego lo convertí en un hogar. Hasta puse un suelo de parquet. Antes de chatarrero fui albañil, pero hace años que solo me salen chapuzas. Estoy dispuesto a pagar un alquiler. Tenemos una hija de siete años. Todos los que vivimos aquí pedimos al Ayuntamien­to que no nos abandone. Nadie nos alquilará un piso. Acabaremos en una nave, un solar, un puente...”. Fuentes municipale­s responden que los servicios sociales están buscando alojamient­os alternativ­os.

Hace cuatro años los tenientes de alcalde Janet Sanz y Jaume Collboni anunciaron que el Ayuntamien­to invertía diez millones de euros en hacerse con la mayor parte de La Escocesa, que así frustraba la construcci­ón de cien pisos de lujo que alimentarí­an la gentrifica­ción, que la dedicarían a viviendas sociales... Desde entonces La Escocesa está en la lista de buenas intencione­s municipale­s. Uno de los retos del gobierno de Colau para a este mandato era iniciar su reforma para terminarla a finales del siguiente. Las obligacion­es que rigen las actuacione­s de la administra­ción demoran estos procesos. Y a medida que se derruían viejas naves en los alrededore­s, familias como la de Valerian y Claudia se mudaban a este lado del Poblenou.

A pesar de ello, las compras de edificios enteros no dejaron de sucederse. Como la del 317 de Aragó, dos años y medio atrás, por dos millones de euros. En aquella ocasión el entonces teniente de alcalde Gerardo Pisarello destacó que con esta compra el Consistori­o ya había rescatado “45 viviendas del Eixample de operacione­s privadas y fondos buitre para destinarla­s a alquiler social”. “Aquí la única que paga el alquiler soy yo –dice ahora una septuagena­ria en el pintarraje­ado rellano del principal de esta finca esquinera y centenaria venida a menos–. Al Ayuntamien­to le parece bien, aquí nunca ha hecho nada, ¡esto es un cachondeo!, no arreglan ni una humedad”. En estos momentos el Consistori­o está reformando el local de los bajos para ofrecerlo a entidades del barrio. La rehabilita­ción del resto, sin embargo, no tiene todavía plazos claros. Aún está en proceso de selección del proyecto

LA LENTITUD ADMINISTRA­TIVA

Los propios requisitos municipale­s demoran los procesos y agravan los problemas

UN MAL CASERO

Muchos inquilinos del Ayuntamien­to denuncian el abandono de sus hogares

de redacción. La cerradura del portal está rota.

Esta política también dio pie a experienci­as satisfacto­rias: el 37 de Leiva, del 394 de Còrsega, del 26 de Ferreira... Pero aquellos inmuebles estaban en mejor estado. Cuando las fincas arrastran problemas la lentitud administra­tiva lo complica todo. Hace años que muchos inquilinos municipale­s denuncian que bajo la amenaza de los fondos de inversión no vivían tan mal. La cantinela se repite en un puñado de edificios pendientes de rehabilita­ción, en Lancaster, Hospital, Robador... Y muchas entidades acusan al Consistori­o de olvidarse de los más desamparad­os. El Ayuntamien­to dice que, para agilizar estos procesos, está diseñando nuevas estrategia­s.

“Acabamos de firmar un convenio con el sector de la vivienda social para que fundacione­s y cooperativ­as construyan y rehabilite­n en solares y fincas municipale­s”. Así, siguen las fuentes municipale­s, las entidades asumen parte de la inversión y, además, la tramitació­n de los proyectos es más ágil. “Con este convenio se habilitará­n mil pisos asequibles. El Ayuntamien­to ya puso a disposició­n de las entidades propiedade­s que pueden convertirs­e en más de 400 viviendas públicas, manteniend­o la titularida­d pública del suelo”. El Consistori­o espera así acelerar las reformas del 10 de Reina Amàlia y del 44 de Joan de Borbó, por ejemplo. El Ayuntamien­to compró la finca del Raval el 2017. Tardó cerca de dos años en tapiarla. El edificio había sido ocupado por un montón de narcos. Su estado era y es lamentable. El de la Barcelonet­a, en mejores condicione­s, fue adquirido hace cinco años por 3.600.000 euros. “Se dedicarán a alquiler asequible. El Ayuntamien­to deberá validar las propuesta final de rehabilita­ción”.

“Otra vía que estamos explorando es la colaboraci­ón con los grandes tenedores, la búsqueda de la correspons­abilidad con los privados –tercia Jordi Rabassa, concejal de Ciutat Vella, del distrito que concentra la mayor parte de las fincas municipale­s problemáti­cas–. La idea es que la mediación municipal en casos de conflictos entre vecinos y fondos de inversión sirva para generar vivienda social”. Aunque no sea para siempre. El edil subraya tres casos recientes: el 99 de Hospital, el 6 de Espalter y el 6 de Sant Bartomeu. En los tres grupos inversores se hicieron con las fincas con la intención de que los inquilinos se marcharan y convertir sus viejas casas en viviendas de alto standing. Estos edificios ya sumaban muchos años de falta de cuidados. Pero la fuerte resistenci­a de los inquilinos y de muchas asociacion­es del Raval y la intervenci­ón del Ayuntamien­to les obligaron a modificar sus planes y firmar contratos de alquiler social de siete años con la mayor parte de los habitantes. Además, en el caso de Sant Bartomeu, la propiedad cedió dos viviendas al Consistori­o para que las alquile a familias vulnerable­s. Al final los inversores montarán una piscina en la azotea, como planearon, pero entre tanto... “Es un modo de conciliar los intereses privados y los públicos –añade el concejal de Ciutat Vella–. Estos tres acuerdos son el principio. Estamos trabajando en más casos. Queremos que los fondos propietari­os del 5 de Jaume Giralt y del 14 de Príncep de Viana las rehabilite­n y nos las cedan de algún modo. No podemos depender únicamente de la iniciativa municipal. Tenemos que abrir el foco, contar con los privados y lograr que ellos también se responsabi­licen de los que ocurre en el barrio”. El de Jaume Giralt lleva meses vacío, y el de Príncep de Viana es el último narcoedifi­cio del Raval.

INÉDITAS ALIANZAS

Los comunes buscan ahora la correspons­abilidad de los grandes propietari­os

NUEVOS CAMINOS

El Consistori­o delega las rehabilita­ciones de fincas a cooperativ­as de vivienda

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 ?? XAVIER CERVERA ?? Una ruina municipal. El Ayuntamien­to confía en rehabilita­r esta finca del Raval en un par de años
XAVIER CERVERA Una ruina municipal. El Ayuntamien­to confía en rehabilita­r esta finca del Raval en un par de años
 ?? XAVIER CERVERA ?? Chatarrero­s en La Escocesa. Muchas personas que viven de la búsqueda de chatarra encontraro­n en estas viviendas un nuevo hogar. La mayor parte son ocupas, y el Ayuntamien­to tiene que revisar cada caso para establecer quiénes tienen derecho a una vivienda pública
XAVIER CERVERA Chatarrero­s en La Escocesa. Muchas personas que viven de la búsqueda de chatarra encontraro­n en estas viviendas un nuevo hogar. La mayor parte son ocupas, y el Ayuntamien­to tiene que revisar cada caso para establecer quiénes tienen derecho a una vivienda pública
 ?? XAVIER CERVERA ?? Apuntalami­entos en el Poblenou. El precario estado del histórico recinto fabril de La Escocesa obligó a apuntalar muchos de sus elementos. El Ayuntamien­to tenía previsto arrancar este mandato su transforma­ción, pero los problemas del inmueble están condiciona­ndo sus planes
XAVIER CERVERA Apuntalami­entos en el Poblenou. El precario estado del histórico recinto fabril de La Escocesa obligó a apuntalar muchos de sus elementos. El Ayuntamien­to tenía previsto arrancar este mandato su transforma­ción, pero los problemas del inmueble están condiciona­ndo sus planes

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