Álvaro de Orleans, clave en la trama mexicana de Juan Carlos
La Fiscalía cree que el primo del emérito actuó como su testaferro en la fundación Zagatka
Álvaro de Orleans, primo lejano, del rey Juan Carlos, tiene mucho que decir. La Fiscalía española cree que su testimonio es esencial para aclarar el origen de parte de los fondos vinculados al rey emérito, en especial la que afecta a unos ingresos relacionados con México, incluidas las famosas tarjetas de crédito.
Su nombre se relacionó por primera vez en la investigación sobre Juan Carlos cuando el fiscal suizo Yves Bertossa indagó sobre los fondos vinculados al antiguo jefe del Estado en entidades helvéticas.
Este fiscal encontró cuentas de dos fundaciones, Lucum y Zagatka. Esta última, bajo la titularidad de De Orleans y con sede en Liechtenstein,
se habría nutrido de diversos negocios. Bertossa sospecha que este dinero realmente era de Juan Carlos de Borbón. De hecho, el rey Felipe VI aparecía en la cadena de beneficiarios de ambas fundaciones hasta que en el 2019 se desvinculó en una acta notarial de cualquier negocio de su padre en el extranjero.
De los datos que constan en la investigación suiza, y a los que ha tenido acceso La Vanguardia ,el25de mayo del 2009 hubo una transferencia a la fundación Zagatka de 4.689.930 dólares (3.844.813,10 euros al cambio actual), procedentes de una operación en México.
Bertossa tomó declaración a De Orleans, quien sostuvo que ese dinero procedía de un trabajo realizado por él mismo como asesor. En la operación participaría la empresa española Huarte. Según la versión del primo del rey emérito, él sería el único beneficiario de Zagatka.
La compañía OHL, en la que está integrada desde hace años Huarte y a la que aludió De Orleans en su declaración, posee importantes inversiones en México, tanto en el sector inmobiliario como el de las infraestructuras. De acuerdo con su declaración, la mediación estaba relacionada con el complejo hotelero de Mayakoba desarrollado por OHL en Playa del Carmen, a principios de la pasada década. Casualidad o no, los tres establecimientos de lujo que integran el complejo y los futuros desarrollos urbanísticos acabaron en manos de una empresa, RLH, de la que fue presidente Allen Sanginés-krause. Este empresario era quien financiaría, según la investigación en curso de la Fiscalía española, las tarjetas de crédito opacas que se usaron para pagar algunos gastos de Juan Carlos y de algunos de sus nietos. Ni Felipe VI, ni su esposa, ni sus hijas se beneficiaron de ellas. Los investigadores sospechan que los gastos que el empresario mexicano habría sufragado a miembros de la familia real española tendrían como razón el pago en especie por alguna labor de intermediación a su favor por parte del emérito. Sin embargo, estas indagaciones, por ahora embrionarias, deben ser acreditadas con los datos que se aporten en la investigación y en las declaraciones de los implicados. No obstante, parece difícil relacionar la existencia de las tarjetas con la mediación de la que se beneficiaron las cuentas de la fundación Zagatka. Los 3,8 millones de euros quedaron ingresados en la cuenta de la fundación en el 2009 y la compra de Mayakoba por parte de RHL, la empresa que presidía Sanginéskrause, se produjo con una diferencia de siete años, en el 2016.
A raíz de estas investigaciones, Juan Miguel Villar Mir, cuyo grupo es propietario de OHL, desmintió en un comunicado remitido a La Vanguardia cualquier relación con el primo de Juan Carlos. En este mismo texto también aseguraba que apenas había saludado en dos ocasiones a Sanginés-krause. Además de que OHL niega tal labor, el fiscal suizo también pone en duda la versión de De Orleans.
La mediación ha sido un argumento habitual de los investigados en esta causa. Corinna Larsen también recurrió a este argumento para explicar un ingreso de 5 millones de dólares en un negocio en Kuwait. El fiscal, sin embargo, lo relaciona con una visita que unos días antes de esa transferencia realizó Juan Carlos I al emir de aquel país.
Otro de los apuntes que no le cuadran al fiscal suizo y que, paralelamente investiga la Fiscalía española, es la explicación de De Orleans sobre el pago de diversos gastos al emérito. Según su versión, destinó cerca de tres millones de euros a viajes de su primo, a quien dijo estar “muy unido”. Sin embargo, aseguró que cuando descubrió que el dinero fue utilizado para vuelos privados junto a Larsen, pidió que se le devolviera porque “no le agradaba” la alemana. Esa es la explicación que ofreció para aclarar por qué su fundación recibió 2.867.722 euros el 4 de enero de 2011 de una cuenta de la que era titular Larsen.
El dinero habría sido transferido, tal y como declaró De Orleans, a través de Dante Canónica, el abogado suizo quien, junto a Arturo Fasana, creó la estructura financiera para que el rey pudiera cobrar los 64 millones de euros de Arabia Saudí.
De Orleans también negó haber hecho transferencia alguna a Larsen. Pero, a través de su fundación, transfirió 150.000 euros a la cuenta personal de la empresaria alemana en el HSBC en Mónaco, según la investigación suiza. En el marco de esa supuesta mala relación con Larsen, llama la atención un apunte aparecido en la agenda del excomisario José Manuel Villarejo de un encuentro en el domicilio de Larsen en Eaton Square de Londres en octubre del 2016. De la nota se colige que estuvieron presentes el expolicía, Juan Villalonga y, según la agenda, el propio De Orleans.
El primo del ex jefe del Estado recibió 3,8 millones en el 2009 por intermediar en México
TRANSACCIONES
El complejo hotelero en el que al parecer medió De Orleans acabó en manos de Sangines
AGENDA DE VILLAREJO
Un apunte del excomisario recoge un posible encuentro con Larsen en Londres