Celebración navideña
Cant de la Sibil·la / Concert de Sant Esteve
Lugares y fechas: Catedral de Barcelona (24/XII) y Palau de la Música (26/XII)
Dos rituales singulares marcan el final de este año musical en Barcelona: el canto de la Sibila en la catedral, previa a la Misa del Gallo, que es una ceremonia recuperada de los archivos medievorenacentistas, con estudios singulares de Maricarmen Gómez y de Josep Baucells, que se traduce en una sencilla coreografía y la presencia y el canto –bello y admonitorio– de la Sibila (El jorn del judici), desde el púlpito, este año Mariona Llobera, espada en mano que al final bendice. El pequeño coro –desde que se ha recuperado la luminosa versión de Barcelona– es el Francesc Valls que responde a la Sibila y que culmina sus respuestas con una pequeña pieza nueva cada año: esta vez de tinte dramático, con breves episodios contrastados, de ritmo vital y poético de Marc Timón. Excelente labor de conjunto realzada en el invalorable marco de la catedral.
El ritual es fundamental en la vida individual y comunitaria. Las fiestas del año van señalando ciclos naturales, de producción, de cambio, y por lo general son propiciatorias de lo bueno, en una dialéctica que enfrenta el paso del tiempo; la despedida y el porvenir. Y la celebración siempre es festiva, sancionadora de los contrarios, que hace renacer la vida. Y Catalunya es pródiga en estos hechos y mantiene tradiciones que decora gustosamente con dulces y manjares (esta palabra en sentido etimológico); si miramos cada una de las fiestas esenciales del año se hace coincidir con algún dulce apropiado. De lo trascendental a lo material.
Y así el Orfeó Català celebra desde hace más de un siglo esta fiesta a su manera, coral, comunitaria, en su casa del Palau de la Música al día siguiente de la Navidad. En esta ocasión, muy condicionada por la emergencia sanitaria a causa del coronavirus, mostró un formato especial, con el Orfeó en escena y ocupando laterales de la sala, con buenos efectos corales de espacialidad, y los demás coros (los infantiles, el de chicas, el joven, y el de cámara) participando a través de versiones grabadas y proyectadas en pantalla. Una pantalla que además acompañó todo el concierto con realizaciones dinámicas de Alba G. Corral. Las obras seleccionadas –sobre todo homofónicas–, arreglos de canción popular y un par de estrenos de Anna Campmany y de Marc Timón, éste con tintes cinematográficos de Zimmer. Obras de mayor calado: el Gloria de la Misa de Coronación de Mozart y el Adeste Fideles de Josep Vila. Muy buen trabajo coral, aunque quizá está de más la dramaturgia en los coros, un guion que se podría quedar en presentación, y se echa de menos obra de calado polifónico aunque, sabemos, es una fiesta popular.