El Barça se mide al PSG en la primera semifinal de la ‘final four’
El Barça cree haber aprendido del 2019 para asaltar el 10.º trono
“Es un objetivo marcado en rojo”, señala el capitán blaugrana, Raúl Entrerríos, sin excusas de virus. Evidentemente este 2020 es un año extraño, todo es muy raro –ya se ha dicho hasta la saciedad–, el monumental Lanxess Arena resonará a hueco con sus 20.000 localidades vacías, la final four se juega en diciembre y no en mayo, los equipos están en una burbuja en el hotel... Pero en Colonia, más allá de los condicionantes del coronavirus, está en juego el trono pendiente del 2019-2020. El Barça aspira a levantar la que sería su 10.ª corona continental. Se le ha resistido en los últimos cuatro asaltos. El último, de manera dolorosa.
¿Habrá aprendido del desplome del 1 de junio del 2019? Aquel día, en la semifinal contra el Vardar, el conjunto de Xavi Pascual vivió una de sus tardes más tristes. E incomprensibles: ganaba a los macedonios de 7 goles en el minuto 40 (2215) y en 10 últimos minutos de apagón encajó un 0-6 que lo destrozó.
Desde aquella fecha, el Barça se ha rearmado con la llegada de un líder como Luka Cindric a quien no le quema la pelota en los momentos críticos, ha ampliado su fondo de armario con especialistas de alta calidad (Janc, Makuc, Frade, Langaro), y ha mantenido un bloque que ya era excelente. También se ha fortalecido psicológicamente exhibiendo el mejor balonmano del continente, aplastando en la Liga Asobal, pero también en Europa. Es, sin duda, el mejor equipo del momento.
Los números lo atestiguan: lleva, en la Champions, 21 victorias seguidas, récord absoluto; en el presente curso es el único invicto (8 de 8), tiene el mejor ataque (290 goles, a 36,2 por partido) y una de las mejores defensas (27,8), y es el equipo en más final four :8.
La única duda es si a la hora de la verdad el equipo blaugrana estará a la altura de su trayectoria. O si se le fundirán los plomos.
“No tenemos la certeza de que nos vuelva a pasar, porque no deja de ser deporte y los contrarios buscarán nuestros puntos débiles”, señalaba a La Vanguardia Xavi Pascual, el técnico con más F4 (8). El del Poblenou considera que en estos últimos 18 meses (70 partidos oficiales, 69 victorias y una sola derrota, ante el Pick Szeged), el Barça ha aprendido, aunque los partidos de alta exigencia, de aprietos, han sido pocos (Kiel y Aalborg).
“Ya lo afrontamos en su momento. Sabemos en qué nos equivocamos. Cada vez que uno tiene una derrota importante se tiene que levantar y seguir aprendiendo para cuando haya otra batalla. Es lo que hemos hecho: estamos preparados. Hemos aprendido de muchas cosas”, asegura Pasqui, que ha fortalecido a un grupo que es más joven, pero también más atlético, velocísimo, agresivo y más letal.
El Barça llegó ayer por la tarde a Colonia con el equipo al completo, incluido Aron Pálmarsson, que podrá jugar después de ocho días de reposo para recuperarse de la lesión en la rodilla izquierda. El islandés estaba formando una pareja de alto voltaje con Cindric.
Enfrente, el Barça se reencuentra con el rico PSG (18 millones de euros de presupuesto), que todavía no ha ganado ninguna Champions, y al cual ha tomado la medida: 5-1, con los tres últimos duelos de color blaugrana (32-35 hace un año). Además, los franceses no pueden contar con Niko Karabatic, lesionado desde octubre.
Desde París, el técnico, Raúl González, halaga y juega con la presión. “En todos los partidos de esta temporada el Barça ha sido muy superior, con un juego magnífico; es el claro favorito para ganar la final four”. Y Pascual replica: “El papel de favorito ni nos da ni nos quita más presión. En la final four no hay favorito; solo me interesa ganar la semifinal contra el PSG, que es una final”, dice Pasqui, que ansía su tercera Champions.