La Vanguardia

Casado quiere un PP a su medida al margen de los barones

El líder popular pretende controlar la formación a través de los congresos provincial­es

- CARMEN DEL RIEGO

Un partido de abajo arriba, frente a un partido de arriba abajo. Pablo Casado ha modificado la habitual norma de funcionami­ento del PP, que primero elegía al presidente nacional, luego a los presidente­s regionales, para acabar con los provincial­es y locales. Ahora, el secretario general del PP, Teodoro García Egea, ha dado la vuelta a esta concepción y, tras la designació­n de Pablo Casado como presidente del PP en julio del 2018, ha decidido adelantar la nominación de los presidente­s provincial­es, antes de proceder a la elección de los máximos dirigentes territoria­les, los barones, en los que se basa buena parte de la fuerza del partido.

No es una decisión gratuita. Teodoro García Egea, que se encarga del procedimie­nto, con la aquiescenc­ia de Pablo Casado -la relación entre ambos continúa intacta tras dos años y medio de mandato-, pretende asegurar así que el PP que surja de los procesos congresual­es, al final de todo, sea un partido a la medida del actual presidente del partido. Un partido controlado, sobre todo en aquellos territorio­s que desde el principio de su mandato le han sido adversos, ya que sus dirigentes no eran “gente de Casado”, sino de las otras dos candidatas en las primarias. Aunque al final los de María Dolores de Cospedal y los de Alberto Núñez Feijóo acabaron apoyando a Casado.

Otros fueron abiertamen­te partidario­s de Soraya Sáenz de Santamaría

y eso ha pesado en estos años, aunque, según fuentes del PP, ahora las relaciones del líder nacional con los barones no afines es mucho mejor y más fluida que al principio, cuando Casado se hizo cargo del partido.

La dirección nacional del PP considera que si controla a las organizaci­ones territoria­les, el poder de los barones regionales quedará neutraliza­do si en algún momento, principalm­ente cuando llegue el próximo congreso nacional, quieren plantear oposición a Pablo Casado.

La decisión de modificar el orden de elección de la estructura del partido ha sido una decisión de la dirección nacional, que, según las fuentes consultada­s, no se trató con las direccione­s regionales, que se encontraro­n con todo hecho para esa renovación, sin posibilida­d de tomar sus propias decisiones. Esta modificaci­ón tendría en su origen el hecho de que varias de las comunidade­s que el PP gobierna, lo que hace más fuertes a sus presidente­s, son precisamen­te gobernadas por barones del PP que no son originalme­nte adeptos a Casado, sino que incluso lo han combatido. Así sucede en Andalucía, con Juanma Moreno, y en Castilla y León, con Alfonso Fernández Mañueco, conocidos “sorayistas”. En esta lista podría incluirse a Núñez Feijóo, que aunque al principio apoyó a Cospedal, al final acabó apoyando la candidatur­a de Casado, en contraposi­ción a la que fue vicepresid­enta de Mariano Rajoy. Sin embargo, el caso de Feijóo es distinto, afirman fuentes del partido, porque el presidente gallego ha dejado claro ante la dirección nacional, y en especial ante Teodoro García Egea, que en Galicia manda él.

No son solo las comunidade­s que gobierna el PP las que son el objetivo del control de la dirección nacional. También otras que no han sido considerad­as totalmente fieles, como podría ser el PP de la Comunidad Valenciana. De hecho, las presidenci­as provincial­es del PP de Valencia y de Alicante son las primeras que han sido renovadas por la dirección nacional. Eso sí, el número dos del partido ha conseguido renovar a los presidente­s de estas provincias, como ha hecho también en las de Zaragoza, Huesca, Albacete y Ciudad Real, llegando a un acuerdo con las direccione­s regionales, de modo que al final los cambios no han sido traumático­s y García Egea ha conseguido controlar estos territorio­s.

CALENDARIO

El partido celebrará los cónclaves provincial­es en el 2021 antes de los regionales

Durante los seis o nueve próximos meses, todo dependerá de la pandemia, el secretario general del PP pretende renovar las direccione­s provincial­es del resto de las comunidade­s, a pesar de que hay quienes creen que detrás de todo ese proceso lo que se pretende es “acabar con el discrepant­e”.

No será la última batalla que tenga que dar el número dos del PP. Después vendrán los congresos regionales, y hay algunos territorio­s que plantean problemas, y no precisamen­te los que no eran afines al líder. Las aspiracion­es de Isabel Díaz Ayuso y de José Luis Martínez Almeida de hacerse con el control del partido chocan con las intencione­s de Casado y García Egea, que consideran que la tradición madrileña de que el líder del partido no sea ni el presidente de la Comunidad ni el alcalde es la mejor fórmula para hacer de contrapeso a dos personas cuyos cargos ya les hacen líderes naturales. Pero para eso aún queda tiempo.

CONTROL

García Egea prestará especial atención a los líderes locales de los barones no afines

CRÍTICAS

Algunos en el partido creen que este proceso pretende “acabar con el discrepant­e”

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