Unicaja y Liberbank cierran hoy la segunda ola de fusiones en España
Los consejos de administración de las dos entidades se reúnen para validar la unión
Los consejos de administración de Unicaja y Liberbank darán hoy el visto bueno a una fusión que cerrará el año en el que se dio la segunda ola de fusiones bancarias después de la de la crisis del 2007. Salvo sorpresa de última hora, Unicaja absorberá a Liberbank para crear un grupo de cerca de 110.000 millones de euros en activos que se situará en quinta posición del mercado español.
La nueva entidad, que tendrá su sede social en Málaga, se quedará a 80.000 millones de euros de distancia del Sabadell, que con un nuevo consejero delegado encara el próximo año 2021 en solitario tras el fracaso de la fusión con el BBVA. Precisamente el reparto de poder en la nueva Unicaja-liberbank es lo que dio al traste hace dos años con la operación, algo que no gustó al Banco Central Europeo (BCE).
Fuentes financieras explican que la solución de consenso a la que se ha llegado es que el actual presidente de Unicaja, Manuel Azuaga, de 73 años, sea el presidente ejecutivo, mientras que el director general de Liberbank, Manuel Menéndez, de 61 años, ocupe el puesto de consejero delegado. Será una solución para dos años. A partir de entonces se analizará quién ocupa el puesto de consejero delegado una vez el presidente ceda las funciones ejecutivas, siguiendo las recomendaciones de gobernanza del Banco Central Europeo.
En cuanto a la ecuación de canje, lo que se ha pactado es que los accionistas de Unicaja obtendrán el 59,5% del nuevo banco fusionado, y Liberbank, el 40,5% restante. Unicaja, con 62.000 millones de euros en activos y un valor de mercado de 1.145 millones de euros, y Liberbank, con activos de 46.800 millones de euros y un valor de 795 millones de euros, mantendrán varias sedes operativas en Málaga, Oviedo y Madrid. Ayer, después de que trascendiera que el acuerdo era total para cerrar la fusión, las acciones de Unicaja repuntaron un 2,84%, y las de Liberbank, un 2,90%. Es una subida muy superior a la que registró el Ibex 35, que avanzó un 0,54% en la jornada.
La entidad combinada tendrá una plantilla de 9.972 empleados (6.274 de Unicaja Banco y 3.698 de Liberbank) y una red de 1.608 oficinas (1.029 de Unicaja y 579 de Liberbank). Fuentes financieras explicaron que todavía no se han dado detalles de qué recorte de personal implicará la fusión. Si fuera del 15%, como se da en otras operaciones similares, los trabajadores afectados serían unos 1.500.
Con esta operación, el mapa bancario español estaría configurado por dos grandes bloques.
Como se aprecia en el gráfico adjunto, habrá tres grandes entidades en la banda alta (Caixabank, BBVA y Santander). El Sabadell hará de bisagra entre ese grupo de tres y el de las entidades medianas, que lidera la nueva Unicaja– Liberbank.
Ese paquete de entidades medianas está configurado por media docena de bancos que competirán con los cuatro grandes, que aglutinan el 70% del negocio a día de hoy. Por su parte, las entidades medianas se quedarán con alrededor del 20% del mercado, mientras que entre el 8% y el 9% estará en manos de las cooperativas de crédito.
Además de Unicaja-liberbank, el grupo lo forman Bankinter, Kutxabank, Abanca, Ibercaja y Cajamar. Son las entidades que están supervisadas directamente por el Banco Central Europeo. En el paquete de entidades pequeñas
REPARTO
Los accionistas de Unicaja obtendrán el 59,5% del banco, y los de Liberbank, el 40,5%
BANCOS
La entidad será la quinta del ranking, por detrás de Banc Sabadell
destacan Caixa d’enginyers o Caixa Guissona en Catalunya y las cajas rurales.
La segunda ola de fusiones y de reordenación del sector bancario en España se produce antes de que aterricen en el mercado los grandes operadores como por ejemplo Amazon o Google, que son los que pueden romper las reglas del juego.
La concentración bancaria ha llegado en paralelo a la vuelta de tuerca que algunas entidades han dado a su política de comisiones, como el Santander, el BBVA y antes Caixabank y el Sabadell, endureciendo las condiciones de vinculación para quedar exentos del pago por los servicios.
Las fusiones en España han sido internas, en contra de las operaciones transfronterizas que promueven desde hace años las diferentes autoridades regulatorias europeas.