La Vanguardia

Conte sobrevive a la prueba en el Senado y gobernará Italia en minoría

El primer ministro le gana el duelo a Renzi, pero con un Ejecutivo debilitado

- ANNA BUJ Roma. Correspons­al

La televisión italiana rescató ayer del trastero el ábaco de madera para el delicado conteo de escaños en el Senado. Había tres posibles salidas a la crisis política abierta la semana pasada. Que los votos favorables al Gobierno superasen los 161 senadores, una gran victoria para el primer ministro, Giuseppe Conte. Que los votos contrarios sumasen más que los favorables y el premier tuviese que hacer las maletas. O ni blanco, ni negro: que Conte no llegase a la mayoría absoluta pero tuviese la relativa gracias a la abstención de Italia Viva, el partido de Renzi, el hombre que forzó el terremoto político al retirar su apoyo al Ejecutivo.

Italia, país de sombras, eligió ayer la tercera vía. Conte sobrevivió a la prueba de fuego de la moción de confianza en el Senado con 156 votos a favor, 140 votos en contra y 16 abstencion­es de Italia Viva. Al final, el mismo Renzi evitó tumbar el Gobierno con la abstención de su grupo para evitar pérdidas en sus filas. El Gobierno no tendrá que dimitir, pero a partir de ahora gobernará en minoría y deberá luchar cada iniciativa en el Parlamento. El premier sale terribleme­nte debilitado en el momento más oscuro para Italia desde la Segunda Guerra Mundial.

Más inestabili­dad, en definitiva, en el país de las crisis. La jornada de ayer fue un día de infarto en el que en todo momento reinaba el miedo de que Conte no hubiese podido convencer a algunos senadores “voluntario­sos” –antes llamados “responsabl­es” o “constructo­res”– de otros partidos para que se sumasen a la coalición formada por el Movimiento 5 Estrellas (M5E), el Partido Demócrata (PD) y los izquierdis­tas Libres e Iguales (LEU).

Como hizo el día anterior en la Cámara de Diputados, Conte volvió a implorar a los parlamenta­rios con una “vocación europeísta” y contra “las tendencias nacionalis­tas y aspiracion­es nacionalis­tas” que se pasasen a su lado. “Este de hoy es un pasaje fundamenta­l en la vida institucio­nal de nuestro país. Los números son importante­s, pero aún lo es más la calidad de un proyecto político”, aseguró el primer ministro en el Senado.

Los voluntario­sos afloraron, pero no en un número suficiente para garantizar una mayoría sólida. Entre los que apareciero­n había algunos exmiembros del M5E, como el capitán Gregorio de Falco –el héroe italiano que ordenó a Francesco Schettino que regresase a bordo del hundido Costa Concordia–, expulsado del partido por no respetar la disciplina de voto a favor los decretos de inmigració­n de Matteo Salvini. Hubo sorpresas, como dos tránsfugas de Forza Italia, el partido de Berlusconi, y uno de la formación de Renzi.

También votaron a favor los senadores vitalicios Mario Monti, exprimer ministro, o Liliana Segre, supervivie­nte de Auschwitz, que fue aplaudida por sus compañeros por acudir en auxilio del Gobierno cuando los médicos le habían recomendad­o no viajar a Roma hasta que estuviese vacunada. En un agrio discurso en la Cámara Alta el líder de la Liga, Salvini, generó malestar al afirmar ante Segre que Beppe Grillo, fundador del M5E, “decía que los senadores vitalicios no mueren nunca y si mueren lo hacen tarde”. Tampoco faltó el habitual gallinero. Dos parlamenta­rios llegaron tarde y se tuvo que revisar el vídeo de la sesión para considerar su voto, que al final fue admitido porque habían llegado un segundo antes del cierre de la sesión.

Si el presidente de la República, Sergio Mattarella, no pone impediment­os a esta frágil mayoría, Conte tendrá dos tareas urgentes por delante. La primera, como ha prometido, remodelar su gabinete con los dos ministerio­s abandonado­s por Italia Viva (Agricultur­a y Familia) y quizás reforzarlo con un par de nuevas carteras en las que integrar a los nuevos sectores que le han dado apoyo. Luego tocará tratar de aumentar esta mayoría en el Parlamento. En las próximas semanas se debe votar un nuevo paquete de ayudas para los sectores damnificad­os por la crisis sanitaria y también el plan de recuperaci­ón italiano, ambas medidas en las que se podría añadir un apoyo externo de los renzianos.

La esperanza de Conte es aguantar en minoría por lo menos hasta verano, cuando empezará el llamado

La abstención de Italia Viva permite la victoria del premier, que suma dos tránsfugas de Forza Italia

Ahora el mandatario deberá remodelar el Gobierno e intentar aumentar la mayoría en las cámaras

semestre blanco: seis meses en los que se deberá elegir al sucesor de Mattarella en el Quirinal y en los que no es posible convocar elecciones. Le ha ganado por los pelos el duelo a Renzi. El primer ministro gana tiempo, pero, como le recordaron ayer en la Cámara Alta, los gobiernos en minoría suelen tener un destino sellado en Italia.

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ROBERTO MONALDO / AP Giuseppe Conte, pronuncian­do su último discurso antes de la votación en el Senado

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